Tras contarlo en pleno directo, Kiko Rivera consideraba que sus compañeros de la casa también debían saberlo: "He contado la verdadera causa de mi depresión y me he quedado a gusto. Yo he estado muy mal. Me he liberado. No sabes tú la fatiga que yo he pasado. Tratamiento, psicólogo, psiquiatra, acompañado a todos los lados. He llorado, he gritado, he tenido una mala hostia que te cagas y todo fue gracias a mi mujer".
Kiko Rivera aseguraba que no ha sido una situación fácil y que Irene Rosales tuvo que recurrir a su madre, Isabel Pantoja, para tratar de ponerle fin a la situación: "Ella lo ha intentado muchas veces pero yo no le hacía ni caso. Como última opción fue a decírselo a mi madre y yo me tuve que sentar delante de mi madre y decirle que estaba enfermo". La situación era muy delicada: "Todo me molestaba, si alguien me llevaba la contraria yo me ponía como un loco, pero claro ahora entiendo por qué era de esa manera. Yo tenía un demonio dentro que necesitaba su alimento y cuando no lo tenía saltaba".
Una nueva vida
Al final, el mensaje que Kiko Rivera ha querido mandar ha sido de lo más significativo: "Se puede salir, te va a costar la vida, pero se puede salir. Ahora estoy de puta madre, me ponía como el Kiko. Es algo que te aleja de los tuyos, te juntas con gente que solo te busca para eso. Me he perdido cosas bonitas y de disfrute por culpa de eso. No iba a contar nada de eso pero ha salido".