"Me voy ahora al Gregorio Marañón porque me toca resonancia del coco loco. Para el que no lo sepa y me pregunte, pues bueno, ya os cuento...Tengo un angioma en el cerebro", revelaba la maquilladora.
El angioma cerebral consiste en la malformación de los vasos sanguíneos que irrigan el territorio encefálico, y que puede llegar a provocar un derrame. Por este motivo, Ariadna Cross se tiene que someter a una resonancia de control una vez al año desde que se lo comunicaron, como ella misma ha confesado, y comprobar que todo está correcto.
La hija de Fortu además ha mencionado que ha cambiado de médico. Solía ir al neurólogo del Hospital de Arganda del Rey, pero este año le exigieron que acudiera al neurocirujano del centro hospitalario Gregorio Marañón, para tener una segunda opinión y "valorar si había que hacer algo o no".
Miedo e incertidumbre
Pese a la normalidad y tranquilidad con la que Ari ha comentado su problema de salud, la ex gran hermana ha compartido también sus temores ante los resultados de la resonancia magnética. Aunque siempre intenta ser positiva, siempre hay un mínimo de duda ante la posibilidad de que el diagnóstico no resulte favorable.
"Ya he salido de la resonancia. Estoy viva. Espero que esté todo bien, que no tengan que hacerme nada, que ya me dejen en paz y dejen de hacerme resonancias porque lo paso fatal...", ha comentado. "Aunque estaban como muy serios. No sé, a mí eso me raya. Pero bueno, seguro que no es nada y es que eran así...", ha confesado con pavor.