El programa de Telecinco 'Cámbiame' ha comenzado a aceptar entre sus invitados para someterse a un cambio de look a caras conocidas del mundo d ella televisión, y su último invitado ha sido Aramís Fuster, la bruja que lleva años en antena y que por unas cosas o por otras siempre da mucho de qué hablar.
La mujer ha desfilado por la pasarela para ser elegida por uno d ellos asesores, sin embargo Pelayo Díaz se ha negado a asesorarle, aunque ha buscado una excusa diciéndole: "Yo no me he atrevido con una mujer tan increíble como tú".
Aramís, ni corta ni perezosa le ha contestado: "¿Eso es que no?", y acto seguido le ha echado un maleficio sexual: "Te voy a matar, que te echo un mal de ojo y te dejo impotente, ¿eh? Que lo sepas, ¿eh?". A pesar de estas palabras, ninguno de los dos se lo ha tomado del todo en serio y ha quedado en una simple broma. Pelayo también le ha dicho: " A mí me gusta como eres ".
Entre tanto, la bruja ha aprovechado para contar sus pormenores, y es que al parecer no le va muy bien en la vida, sobre todo en el plano sentimental: "Me acaban de pegar una guantada sin manos sentimental que me han hecho polvo ". Por lo que ha contado, estuvo hablando unos meses con un hombre que le ha dado calabazas y la dejó plantada en el punto de encuentro: " Tenía yo una ilusión, un nosequé, y estoy harta de cobardes".
Las imágenes tras el cambio
Fuster se ha sometido el cambio y al concluir, todos en el plató estaban expectantes por saber cuál era el resultado. Dejando de lado la escentricidad que tanto le caracteriza, la vidente ha salido a través del mundo para dejar a todos los presente boquiabiertos, porque su nuevo estilismo está muy lejos del anterior.
Nada más salir ha sido recibida con una gran ovación y después ha dado su veredicto después de decir que se sentía como otra persona: "¡ Me habéis convertido en Concha Velasco !". Como no ha tenido el apoyo de sus hijos, ni tampoco a ningún familiar en el plató, un fan incondicional de la pitonisa ha querido estar presente para felicitarla por el cambio y darle un fuerte abrazo. Enfundada en un vestido rojo, con gafas y pelo con un corte más propio de la edad, era evidente que sí que parecía otra señora, pero el cambio no le ha sentado nada mal. Además, con tanta seguridad que ha comenzado a sentir en ella misma ya concluido diciendo: "Quiero ser política".