La concursante se ha visto desesperada ante esta situación. "Quiero arrancarme la piel", repetía sin parar. Ana María Aldón era incapaz de parar de frotarse las manos sin descanso para intentar aliviar el picor que le estaban provocando las picaduras. Antonio Pavón que estaba viendo la escena en la que su compañera lo estaba pasando tan mal, decidió intentar ayudarla y encontrar una solución.
"En vez de rascarte, sóbate", le decía Antonio Pavón intentando ayudarla a calmar el picor. Finalmente, fue Yiya la encargada de coger la cacerola y llenarla de agua para que la mujer de Ortega Cano pudiese meter las manos. "¿Sientes alivio? Si, ¿no?", le preguntaba el torero viendo como su compañera ya estaba más a gusto. "Aun así tengo ganas de arrancarme la piel", seguía repitiendo. Después de un rato con las manos a remojo, la superviviente termino yéndose a dormir compartiendo esterilla con Antonio Pavón.
El más que evidente acercamiento entre Antonio Pavón y Ana María Aldón
La audiencia fue la encargada de decidir que Ana María Aldón tenía que quedarse en Playa desvalida aislada de la mayoría de sus compañeros. Pero lejos de ser un castigo, fue un gran cambio, ya que en playa desvalida se encuentra desde hace más de una semana Antonio Pavón, con quien, durante el concurso, ha habido una gran conexión y mientras estaban en la misma playa llegaron a convertirse en grandes amigos.
El concursante se preocupa constantemente por su compañera. Antes de su problema con las pulgas al que le intentó poner solución, la concursante también había estado pasando mucho frío durante la noche y él fue a su rescate: "A partir de ahora nos vamos a poner la ropa de nieve y nos vamos a echar el saco en modo manta. Ya verás que agustito", le decía a la que se ha convertido en su compañera de esterilla. El concursante no puede ocultar que está encantado con la llegada de Ana María y lo ha dicho abiertamente: "Es la alegría de la huerta", decía con una gran sonrisa de complicidad.