"Es un concurso, nos retratamos todos, para lo bueno y para lo malo. Yo el primero me habré equivocado. Aquí al principio hubo un momento en el que se descubrió que yo aquí había venido a jugar. Oh, qué gran traición a tus compañeros, que somos tan amigos, que nos queremos tanto, paz y amor", contaba el concursante. Tras esto, añadía: "Desde ese mismo momento dije que estaba jugando todo el mundo. A veces soy muy directo y hago daño".
La finalidad de Antonio Montero era que se le conociera y él cree que así ha sido: "Si hay algo que quería yo de esto es que la gente me conociera cómo soy para todo". Por último, aseguraba que la persona que más le ha decepcionado ha sido Silvina, con la que tuvo una gran amistad pero que luego viró por completo. Sin embargo, el momento más emotivo ha venido de la mano de su mujer, Marisa Martín Blázquez.
Emoción en estado puro
Es cierto que cuando ha hablado ha confesado que su matrimonio nunca ha sido algo idílico y, precisamente por eso, no ha podido evitar las lágrimas: "He hecho algunas putadas en la vida. Los dos nos habremos hecho. Yo creo que sí me ha perdonado. Yo a mí también me he perdonado. De lo que más me arrepiento en mi vida es que a veces en esas controversias hayamos llegado a hablarnos más alto de lo debido y eso es algo que para mí es...", decía entre lágrimas. Sin duda, un Montero muy distinto a lo que se suele ver en los programas en los que ha trabajado.