Desde el primer programa se vio cómo su situación se iba definiendo y cómo su relación con los concursante siempre ha sido más que cuestionada. Su actitud, su manera de atacar y su forma de expresarse han sido algunos de los detonantes de esta marcha, sin contar que en la cocina no le ha ido tan bien como le hubiese gustado.
Los compañeros de la italiana han llevado su desdén de la mejor manera posible, pero la paciencia tiene un lÃmite. En la prueba de exteriores acabó en el equipo de Santiago Segura por elección propia -en este caso no eligieron los capitanes con quién ir-, pero nada fue bien, por eso acabó en la prueba de eliminación. Un arroz catastrófico hizo que fueran directos a la prueba de eliminación, y cuando todo habÃa salido mal y habÃa sido rechazada por Carmen Lomana, dijo: "Me siento sola. Todo el grupo me hace mucha presión para que me vuelva loca, pero los locos son ellos", a lo que Pepe RodrÃguez respondió que estaba completamente hundida.
Una expulsión que no se esperaba
"Trago mucho por no insultar a nadie. Me gusta competir con lealtad", fueron algunas de sus palabras cuando juzgaron su plato, y añadió: "No quiero crear mala energÃa aquÃ, pero me he sentido muy atacada y muy mal tratada por mis compañeros. Si yo pudiera, por cómo soy yo, los cogerÃa uno por uno y los mandarÃa al carajo". Su expulsión fue inminente porque no consiguió terminar el postre del menú y los platos no eran del gusto de los miembros del jurado. Y junto a ella se fue Jaime Nava, el capitán de la selección de rugby española pagó su no evolución, por lo que se produjo una expulsión doble.
Cuando ya parecÃa estar más relajada, dedicó varias palabras a sus compañeros que hicieron que se indignaran, puesto que solo dijo cosas negativas: "Estoy muy liberada. Estoy bien. Mis lágrimas han sido contra los fariseos. Tienen una sonrisa delante y detrás han malentendido. Algunos me han atacado de vez en cuando injustamente. Quiero superarme y ser mejor persona, pero deseo que no me metan cizaña".