Parece ser que las investigaciones y las palabras realizadas por un extrabajador del programa 'Más allá de la vida' que publica El Mundo no han sentando nada bien a la vidente Anne Germain, pues ha respondido directamente desde su cuenta de Facebook a estas declaraciones.
La farsa de Anne Germain
Tras encandilar y hacer creer a los famosos que han pasado por el programa que sus seres queridos se manifestaban ante la supuesta Médium se ha descubierto que todo es una farsa. Comunicarse con los muertos seguirá siendo hasta el momento un poder reservado solo para la ficción.
Un extrabajador del programa relata anónimamente a 'El Mundo', que la médium es capaz de dar detalles que dejan atónitos a los invitados, pero no por sus poderes paranormales sino gracias a un informe traducido al inglés, el cual contiene una gran cantidad de información sobre ellos, sus familias y los seres fallecidos con los que ella 'contactaría'.
"Lo que tiene que decir a los famosos lo lleva estudiado desde días antes. Cuando acaba con un personaje, anuncia que se retira a descansar y se mete en un cuartito habilitado en el plató donde repasa con su personal assistant el guión del personaje siguiente", revela el extrabajador de 'Más allá de la vida'".
Santiago Segura, quien también acudió al programa fue el primero en intentar desenmascarar a la británica. En una entrevista concedida a El Mundo, el director de cine declaro "con Germain no vi nada más allá de la vida. No hubo un solo detalle que me permitiese pensar que estuviese teniendo contacto espiritual con mi madre".
El lucrativo negocio de Anne Germain
Por cada programa grabado la médium recibe 15.000 euros, y el éxito en la televisión le ha llevado a hacer gira por todo el país. Así, en cada sesión en un teatro cobra 10.000 euros; de este modo, en una semana puede llegar a ingresar hasta 60.000 euros.
A pesar del gran éxito que tiene en nuestro país y en Portugal, no es nada conocida en su país. Anne Germain reside en Reino Unido y se desplaza a España para trabajar, siempre en clase business y en un hotel de al menos cuatro estrellas, según exige su contrato.