Y es que, tal y como explica la periodista, habría entrado una tercera persona en todo esto que podría complicar las cosas: Antonio Trujillo, "un abogado además de empresario inmobilario que se dedica y está especializado en compra de subastas, de sociedades con problemas, en concursos de acreedores". De hecho, fue la persona que, mediante la subasta, se hizo con la mitad del ático en Fuengirola de Isabel Pantoja. Mediante esta alianza inesperada con la tonadillera, empezaron sus conversaciones para hacerse cargo de las deudas que esta tiene a través de su sociedad Pantomar S.L.. Y así fue. "Esta operación, que implica también la venta de Cantora, empezaba con la venta de la sociedad más longeva de Isabel Patoja que es Pantomar. Esta sociedad tenía a su nombre, era la dueña, de los dos áticos de Fuengirola. Este señor, Antonio Trujillo, ha comprado Pantomar y el objetivo que hay detrás de esta operación es llegar a un acuerdo con Isabel Pantoja para comprar el proindiviso [el 52,40% de la finca que pertenecen a la Pantoja] de Cantora".
De ser así, Trujillo pasaría a ser el dueño de la parte que ahora pertenece a Isabel Pantoja. Esto le permitiría a la artista poner fin a sus deudas económicas que durante tanto tiempo la han tenido ahogada, pudiendo así empezar de cero. En cambio, sería un problema para Kiko Rivera porque su negociación para la venta de Cantora ya no sería con su madre, sino con un abogado y empresario inmobiliario. "Cuando hablé con él me dijo: 'Aquí hay una operación que se llama la Operación Acordeón, se lo dejó ahí a Kiko Rivera para que se entere'", añade Portero: "Y yo le diría a Kiko que puede ser mucho más incómodo tener de socio a Antonio Trujido en Cantora que a su propia madre".
Mientras tanto, lo único que se saber del hermano de Isa Pantoja es que, tras la publicación de diferentes noticias en varios medios, ha declarado públicamente que nadie se ha puesto en contacto con él para notificarle la venta de la mitad de Cantora ni mucho menos. Por ello, esto demostraría un hermetismo todavía mayor en como se estarían haciendo las cosas por parte de la tonadillera que en ningún momento van a implicar a su hijo, dando así un paso más en ese distanciamiento entre madre e hijo que parece simplemente deshacerse de todo lo que les une.
Isabel Pantoja, despreocupada de cualquiera que no sea ella misma
En cambio, pese a la felicidad que podría estar teniendo Isabel Pantoja ahora mismo al ver como por fin sus deudas pueden desaparecer a golpe y porrazo, su imagen respecto a cómo se comporta con el resto de la familia sigue siendo mala. Tal y como ha contando Kiko Hernández en 'Sálvame', su despreocupación por alguien que no se ella o su hermano Agustín Patoja es tal que Anabel, su sobrina, dejó una importante cantidad de dinero a disposición de su familia antes de irse a 'Supervivientes 2022' por si hiciera falta para los tratamientos médicos que necesitase su padre, hermano de Isabel Pantoja.