Esta vez serán Ángel Garó, Raquel Bollo, Melody, Olivia Valère y Agustín Bravo los que se enfrentarán para declararse como los mejores anfitriones, y el primero en recibir a sus invitados en su casa de Málaga ha sido el humorista. Su vivienda, situada en pleno centro de la ciudad, ha dejado impresionados al resto de participantes por su aspecto fastuoso y palaciego. Lámparas de araña, esculturas, cuadros por doquier, ... Al palacio del cómico no le faltaba detalle, de hecho, parecía sobrarle algún que otro elemento en una decoración tan sobrecargada.
La mesa en la que cenaron los comensales tampoco es que estuviera muy vacía, vestida con un enorme mantel blanco que llegaba hasta el suelo decorada con un centro floral que daba la sensación de que los invitados estaban asistiendo a una boda real en lugar de a una cena informal con amigos. "Aquí hay más cubiertos que el Titanic", dijo Melody al ver la vajilla estampada en la que Garó sirvió su menú, que no se le quemó por los pelos.
Vistas privilegiadas
Los 500 metros con los que cuenta la casa están llenos de obras de arte y de muchísimas fotografías (en serio, muchas) del humorista, pero lo mejor de la morada en la que Garó hace su vida es la terraza en la que decidió acabar la velada. Todos los invitados subieron a tomar unas copas bajo la luz de la luna de Málaga, y aunque el toldo impedía ver las estrellas, las vistas al Teatro Cervantes han sido más que suficientes para embelesar a los participantes de la nueva entrega del concurso, que ya lo tienen muy difícil para superar al primer anfitrión... La cosa se pone interesante.