Andrea Ferrari ha querido cambiar uno de los complejos que le han acompañado desde que era pequeña: su nariz. Es por eso que se ha sometido a una rinoplastia que ha hecho que su cara haya cambiado por completo y así obtener los resultados que quería. El antes y el después de su operación es muy llamativo pero ella, lejos de arrepentirse, está completamente encantada con el resultado obtenido y se siente orgullosa de haber tomado esta importante decisión.
Tras pasar por quirófano y después de algunas semanas de recuperación, la extronista ha querido contar los detalles de su cirugía en exclusiva para Outdoor. Andrea Ferrari cuenta todos los temas referentes a su operación: desde el por qué hasta cómo se ha sentido al verse por primera vez con su nueva cara. " Empecé a pincharme ácido y me mejoró bastante -la nariz-. No quería estar pinchándome siempre", ha empezado contando confesando que fue una amiga suya la que le empujó a dar el paso: " Ella vio que esa nariz no iba acorde con mi cara ".
La extronista se ha sometido a la rinoplastia tradicional, a pesar de que ahora se esté poniendo de moda la ultrasónica. Una de las grandes complicaciones que tuvo su operación fue la anestesia, pues a pesar de que la operación no es complicada y no ha durado mucho, la anestesia le sentó realmente mal: " Estuve muchas horas en reanimación hasta que me recuperé. La verdad que fue alarmante porque empecé a vomitar y veía sangre por todos lados", un gran susto en esta delicada situación. A pesar de ese mal trago, la extronista confiesa que ha tenido una recuperación muy buena: " Ya estoy haciendo vida normal, aunque aún no puedo entrenar y eso me está matando", ha dicho entre risas recordando que es una chica muy nerviosa a la que le gusta estar activa.
Andrea Ferrari: "Me faltó llorar de la emoción"
Esta no es la primera operación estética a la que se somete Andrea Ferrari. Hace un tiempo también quiso meterse en quirófano para someterse a un aumento de pecho. Es por eso que puede comparar entre un dolor y otro: " No he sentido nada de dolor, solo molestia por los tapones que tuve que llevar los cinco primeros días. Luego, en cuanto me los quitaron, sentí un alivio increíble y los moratones no me dolían nada. Duele más la operación de pecho que la de nariz ", ha confirmado sin dudar. Por el momento, Andrea Ferrari no tiene pensado pasar más veces por quirófano "Creo que no necesito nada más", ha dicho con una sonrisa.
" También llevo la sonrisa gengival hecha sin cirugía ", ha confesado pues era otro de sus grandes complejos desde que era una niña. Este complejo implicaba que cuando la extronista se reía el labio se le subía para arriba haciendo que se le viese la encía: "Gracias a pincharme bótox y ácido en el surco conseguimos bloquear el labio y que no me suba para que se mantenga normal", ha dicho orgullosa por el resultado obtenido. Por último, ha querido confesar qué sintió cuando se vio por primera vez tras la operación: " Me moría de ganas de verme y me faltó llorar de emoción. Me ha cambiado la cara, es espectacular, pero sigo teniendo la misma esencia. Eso es el resultado esperado de una buena cirugía", ha finalizado aprovechando para agradecerle a su cirujano todo lo que ha hecho por ella.