"Yo soy la que toma la decisión. No sé cómo le llega la información a ciertas personas. Nosotros tenemos crisis y enfados de pareja y demás pero tampoco voy a entrar en eso. Yo voy a hablar de lo que me ha pasado a mí. Hay un momento en el cuál yo veo que ahí ni avanzo ni voy y es cuando él vuelve de la isla. Yo estoy cambiada, él también viene tocado y yo ahí, no es que se me quede pequeño, al revés. Él es un gran hombre y a lo mejor la que no ha estado a la altura he sido yo, pero sí que es verdad que veía todo muy dormido", explicaba la influencer.
Anabel Pantoja continuaba con el relato de los hechos: "Cuando él vuelve yo quiero movimiento, de nosotros, de trabajo, de movernos, de los proyectos que habéis comentado. Estaba todo muy dormido, parado y cuando fui a 'SV' se me ocurre lo de irme a La Graciosa, pero no la boda que visteis. La pandemia nos ha hecho no casarnos, vámonos a La Graciosa con cuatro-cinco amigos sin contar con familia y ya firmaremos en el Ayuntamiento. Se lo comenté allí en 'SV' porque me salió del corazón. Cariño, esto se va a arreglar, tenía ilusión. A mí siempre me ha hecho ilusión vestirme de blanco, tener ese día e incluso, no siendo en Sevilla ni con toda mi familia".
La influencer ha explicado que la boda se fue de madre y tuvo lugar lo que todo el mundo vio: "Al final se forma esa boda porque mi madre quiere venir, hay mucha gente que quiere acudir y yo replanteo la boda. De ser 10 personas en una playa a ser lo que fue. Yo no voy a contar cosas que me pasaron íntimamente que no tiene nada que ver con Omar. Belén lo sabe y Belén lo entiende, pero yo fui una montaña rusa esa semana y no solo por el fallecimiento de mi abuela, que fue lo más grave. Yo sí quería casarme pero fue una montaña rusa de muchas cosas: hubo prohibiciones, malos entendidos. Llegaba un momento en que yo estaba venga dale, venga dale".
Una Anabel muy sincera
La colaboradora de 'Sálvame' continuaba relatando la situación: "Podía haberlo parado, el destino quiso que fuera así, pero me casé real. Lo que estáis viendo era real. Yo ahí quería salvar todo porque mi mundo lo veía con él ahí. No en Pozo, porque es verdad que yo necesito mis días y salgo y entro. No llegamos en plenitud como pareja a la boda. Estaríamos a un 60% por mi parte. No sé la de él. Yo me cargué al hombro la boda, él estuvo ahí como pudo, me tragué todo lo que pasó personalmente mío. Gracias a mis amigos y a la gente que acudió fue una boda maravillosa. Él estaba bien, muy preocupado por lo que estaba pasando de las prohibiciones. Él no notaba que yo estaba a medio gas porque yo me refugiaba en otras cosas".
"Cuando hemos hablado y hemos tenido nuestros problemas nos hemos sentado uno en frente del otro y hemos dicho 'qué pasa'. Mi madre no lo sabía. Ella tiene bastante. Una persona lo sabía porque yo contaba con que tirábamos para delante. Hasta hace poco", explicaba. Después de la boda vino el crack definitivo: "Cuando pasa la boda, yo no me puedo ir de luna de miel, que hubiera venido muy bien. A mí me pasa algo personal, independientemente de lo de mi abuela, y me marca. Algo personal mío, no de Omar. Me pasa a mí algo, lo vivo y lo paso yo sola. Aquí no lo voy a hablar. Seguimos para delante y ahí es cuando me noto rara. Justo después de la boda yo me fui casi 8 días a Cantora para vivir el duelo de mi abuela. Cuando regreso, quiero estar en mi casa, descansar y me siento en el sofá y piensas 'ahora viene lo guay'".
Su vida se convirtió en rutina en cuestión de días: "No pudimos ir de luna de miel, nos vinieron todos los proyectos y tuvimos que cumplir con la agenda y por su parte lo que vi fue una relajación plena, que está estupenda, pero yo tenía que tener algo más, no era solo ya el firmar, tenía que seguir la vida, pero entre nosotros hubo una distancia. Tenía que seguir la vida". Tras toda esta situación llegó el momento de la ruptura: "Le dije que no quería que me abrazara porque se lo hubiera pedido, sino que teníamos que plantearnos por qué no nos sale abrazarnos".
Una ruptura definitiva
Anabel Pantoja ha contado que quiso replantearse la situación, echarle de menos y se marchó a Sevilla: "No me salía, le quiero como a nadie, pero ya fin de año lo pasamos separados. No quería seguir engañándole, ni a él ni a mí, me senté y le dije que ya no me notaba igual. Hay amor, cariño y afecto, pero no hay más". Omar Sánchez le pidió que se replanteara la situación y la colaboradora ha contado que le prometió que lo haría pero que no podía seguir simulando algo que no sentía.
"Él a mí me ha amado, me he sentido querida, adorada, admirada... pero después de la boda, no es que no me sintiera querida, es que a mí se me fue. Yo no quiero dejar de verle, le he pedido que cuando él quiera, quiero compartir con él, pero necesita su tiempo. Llevo con novio desde los 15 años, ahora me entrará pavor pero voy a hacerlo porque me lo debo", concluía.