Cualquier persona que tuviese un mínimo de relación con Rocío Carrasco ha sido el centro de todas las miradas desde que comenzó a emitirse 'Rocío: Contar la verdad para seguir viva'. Entre ello Ana María Aldón, ahora mujer de José Ortega Cano, viudo de Rocío Jurado y, por tanto, padrastro de la protagonista de la serie documental. La andaluza siempre se ha querido mantener en una posición neutral en todo esto, aunque no dudaba en empatizar desde el primer momento con el sufrimiento de Carrasco.
Una postura que la ha puesto contra la espada y la pared en más de una ocasión, sobre todo cuando en 'Viva la vida' confesó que "no me extraña" que Rocío Carrasco no respondiese a las llamadas telefónicas de su hija Rocío Flores ya que "si ella está mal, está a tratamiento y si no se encuentra capacitada en ese momento para coger el teléfono, no sabe como va a responder como va a reaccionar, lo entiendo también". Unas declaraciones que parecían desmarcarla de la opinión del resto de la familia, que parecía estar más posicionada hacia el lado de Rocío Flores.
Ahora, una semana más tarde de estas palabras, la que fue concursante de 'Supervivientes 2020' ha quería dejar clara que su única opinión es que le gustaría que madre e hija entierren el hacha de guerra y esto se termine de una vez por todas. Mientras tanto, intenta entender el dolor por lo que ambas pueden estar pasando: " Rocío Flores me da una pena tremenda. Le veo la cara y lo que tiene que estar pasando... si lo estoy pasando mal yo, no me quiero ni imaginar como lo pasa ella ", decía de la pequeña.
"Solo deseo que se arreglaran las cosas"
Por eso, esta postura para ella no era un cambio de opinión, a pesar de lo que apuntaban sus compañeros de 'Viva la vida': "Es una persona que está medicada y tiene una serie de pautas. Entiendo que ella no se encuentre preparada pero también entiendo a su hija porque no está preparada para lo que está oyendo ", reconocía dejando claro de una vez por todas qué era lo que pensaba: " Toda la familia está con los niños, esa es la verdad ", sentenciaba.
Por ello, verbalizaba cuál era su único deseo: "Yo puedo entender a Rocío Carrasco, por supuesto, pero también entiendo a su hija. Solo deseo que entre madre e hija se arreglaran las cosas y pudieran tener un acercamiento. No voy a tirar piedras en el tejado de nadie".