La diseñadora ha querido negar rotundamente que, por el momento, ella y su marido hayan decidido poner fin a su matrimonio tal y como se ha dicho: "No nos hemos sentado a hablar de nada y yo no tengo intención, nadie me va a marcar los tiempos, ni a mí ni a mi marido. Si algún día tenemos algo que decir, lo diremos", decía muy tajante: "No, no nos hemos parado a hablar de separación ni divorcio ni nada. Crisis, pues sí, qué le hacemos".
En cambio, la también colaboradora no ha querido cerrar la puerta a que en un futuro pueda producirse una separación: "Mi marido puede dejar un día de ser mi marido, pero nunca va a dejar de ser el padre de mi hijo. Eso es un vínculo que no se va a romper nunca", dejando claro que, por el momento, la prioridad es su hijo y, por ello, no han hecho frente a nada de lo que ocurre entre ellos dos: "Nos ha cogido con las vacaciones de por medio y tragaremos sapos si hace falta, pero el niño no se puede enterar de nada, tiene que ver a su padre y su madre bien y por él haremos lo que haya que hacer".
"Tragaremos sapos si hace falta"
A pesar de ello, sí que ha querido dejar claro que no reconoce a su marido en esos encontronazos con los reporteros: "Él está muy curado de espanto, llevo muchos años viviendo con él esta situación. No me gusta verlo así. Él es capaz de controlar esa situaciones, pero no es habitual en él ponerse así", aunque reconoce que, viviendo esto muy de cerca, asegura la situación es bastante límite: "Yo no voy a justificar esa actitud, pero si sale en bicicleta y hay siempre gente detrás, pues acaba perdiendo los nervios".