Alejandra Rubio ha pisado por fin un plató y lo ha hecho acudiendo a 'Morning Glory', el programa de Radioset que también sube en la red contenido en vídeo. Esta es la primera vez que acude para hablar abiertamente de su vida personal, de sus amistades de su madre, su tía y su abuela.
La hija de Terelu Campos se ha mostrado muy abierta hablando de temas que forman parte de su cotidianidad, y ha querido sincerarse sobre sus primeros pinitos en los medios después de haber cumplido 18 años. "Me habían hecho fotos pero nunca así de tan cerca ", esa ha sido una de sus primeras reacciones al respecto. Cumplir la mayoría de edad no fue tan genial como pensaba, más que nada por la popularidad adquirida por su familia: " Cuando cumplí los 18 fue un boom de críticas, todo el mundo me decía de todo".
Alejandra Rubio en 'Morning Glory'En cuanto a trabajar en televisión, parece que no lo descarta: "Ahora más o menos me planteo la tele, pero enfocada a la moda ", y es que sus estudios, centrados en la moda, son su prioridad en estos momentos. Lo cierto es que desparpajo ante la cámara no le falta, aunque se le notaba que estaba un poco inquieta por la situación.
Esta aparición se ha producido poco después de que dijera que se siente traiciona por algunas personas: " Me cuesta mucho fiarme de la gente. Muchas amistades me han dicho que no suba fotos con ellas porque luego las van a sacar y después ha sido todo lo contrario. Ahora solo tengo una amiga en la que confío, se llama Esther, la conozco hace 2 meses, pero conecté mucho con ella".
Alejandra Rubio hablando de su vida personal en 'Morning Glory'Amante de los tattoos
También ha hablado de sus tatuajes, algo que consiguió ocultar a su familia durante mucho tiempo, porque la mayoría los lleva en las muñecas. La joven tiene unos 15 tatuajes y algunos se los hizo cuando tenía tan solo 14 años, como las iniciales de las personas más importantes para ella: su madre, su padre, su hermano y su abuela. Por otro lado, lleva un tatuaje recordando a la pareja fallecida de su padre con la que tenía una increíble conexión o el lazo rosa del cáncer, en homenaje a su madre.
