María Patiño fue una de las colaboradoras de Telecinco que, a pesar de relato de Rocío Carrasco en 'Rocío: Contar la verdad para seguir viva', siempre ha sido crítica con ella cuando consideraba que no estaba en lo cierto. Pero fue durante la emisión del episodio 10 de la serie documental cuando la también presentadora de 'Socialité' acabó empatizando y entendiendo el verdadero papel de madre de Rocío Carrasco con sus dos hijos.
La hija de Rocío Jurado contó durante este episodio que aceptó que su hijo David quisiese ir se con su padre fruto de la presunta manipulación que este hizo sobre el menor por no ponerlo en una situación complicada al obligarlo a estar con ambos progenitores. Un hecho que causó que, de una vez por todas, Rocío Carrasco nunca volviese a ver a su hijo desde el verano de 2016.
Un acto que María Patiño ha querido aplaudirle durante una intervención en 'Sálvame': "El acto de generosidad de Rocío Carrasco, el hecho de no hacer que tu hijo tenga que decidir es de quitarte el sombrero", reconocía la colaboradora: " Para mí el amor desinteresado es cuando tú te pones en el último lugar, cuando tus necesidades no existen, en el que te da igual incluso la imagen pública que puedas llegar a proyectar, incluso las críticas sociales, porque tú sabes que te están señalando por la calle de 'mala madre'".
Pero hubo sin duda hay una lección de vida que "me ha llegado y me ha marcado" de todo lo que narró la protagonista de la serie documental: " No me importan lo que digan de mí, lo que no quiero es ver a mi hijo a la mitad. Para mí eso es la esencia de ser madre y eso es lo que ha transmitido ", terminaba diciendo mientras sus compañeras presentes en plató arrancaban a aplaudir.
El testimonio de Rocío Carrasco
Rocío Carrasco explicaba en el episodio 10 el motivo por el que, al ver que Antonio David Flores nunca le iba a devolver a su hijo tras su boda, no fue a buscarlo: "Después de todo lo que llevo vivido, como voy a ir a Málaga a buscar a mi hijo. ¿Cómo voy a afrontar esa situación? A saber la información que durante ese verano ha recibido por parte de su padre, que es un referente en su vida", reconoce: " No bajo a por mi hijo porque tengo miedo a que en un momento dado me rechace, porque no sé lo que me puede preparar ".
Además de eso, sabe que eso sería poner en un compromiso muy complicado a su propio hijo porque conoce muy bien a la otra parte: "Aquí volvemos a Ley Salomónica: Si yo hubiera hecho eso estaría poniendo en una situación muy jodida a mi hijo. Porque el niño podría haber reaccionar no rechazándome y habiéndose venido conmigo, pero eso él delante del padre no puede hacerlo. Porque el que tiene que volver luego a casa de su padre es él y eso es algo que su padre no le hubiese perdonado jamás en la vida".