Pero hubo especialmente dos concursantes que, a medida que avanzaba el concurso, ellos estaban más cerca. Concretamente Alberto y Luna. Su tonteo fue evidente prácticamente desde el primer programa. La cosa no dejó de ir a más emisión tras emisión, convirtiéndose en el 'shippeo' de la edición. Los aspirantes a chef siempre han querido mantener la incógnita delante de las cámaras de si había algo o no entre ellos.
Pero ya en la gran final y una vez que ambos se habían despojado ya de sus delantales blancos, Luna y Alberto pusieron el broche de oro a su concurso mostrando que al menos se llevaban otro gran premio: a ellos mismos. Tras la última prueba de exteriores -que tuvo lugar en 'El Bohio', el restaurante de Pepe Rodríguez-, el cocinado caótico de Luna le costó el quito puesto; mientras que Alberto se tuvo que conformar con el tercero tras una impecable prueba de su rival Iván. Tras la doble expulsión, Samantha felicitó a los dos concursantes por su trayectoria el en concurso y los animó a festejar por su éxito en los fogones sentimentales: "¡Qué viva el amor!", decía al mismo tiempo que Luna se lanzaba a besar -tímidamente- a Alberto, protagonizando uno de los momentos de este último capítulo de 'MasterChef 8'! Pero la cosa no se quedó ahí.
Ana ganadora de la edición
Un amor que vio la luz en el confinamiento
Bien es cierto que para los telespectadores que han seguido muy de cerca a lo concursantes del talent culinario de TVE, este romance era de todo menos una sorpresa. Ya durante el parón en las grabacciones del concurso a causa del coronavirus, Luna y Alberto habían hecho pública su relación ante la imposibilidad de permanecer ocultos durante un tiempo que parecía eterno. Fue el pasado 24 de abril cuando la canaria compartía una fotografía de ambos en su perfil oficial de Instagram que parecía toda una declaración de intenciones: "Uno de los regalos que me ha dado 'MasterChef'".