Parece que entre Meritxel y Alain ('GH 17') no hay edredoning que valga. Ni el acercamiento que ha habido entre ambos en las últimas semanas, en el que ya se habla tan solo de una fuerte amistad o de la constante persecución de Meri, sino de besos y tocamientos debajo de la manta, ha sido suficiente para conquistar el corazón del francés. Alain se mantiene firme en su decisión de no llegar a nada serio con su compañera, tanto es así que incluso llegó a pedirle que no compartiera con nadie su acercamiento sexual, algo que sentó más que mal a Meri.
El tan requerido Súper ha sido el elegido por Alain para desahogarse y confesar ante todos los espectadores que su relación con Meri no pasará a mayores. Tal y como él mismo aseguró en el confesionario: "Sé que no puedo tener nada serio con Meritxell porque somos muy diferentes y estamos en dos etapas de la vida muy diferentes". Meri, por su parte, continúa viviendo en su propia burbuja y, a pesar de que cada día es más consciente de que todos sus intentos caen en saco roto, no pierde la esperanza de conquistar a su querido Alain. Ella también acudió al confesionario para manifestar su miedo ante la posible expulsión de su compañero pues, tal y como afirmó: "Tengo mucho miedo a que se vaya porque aunque hayamos discutido, le necesito aquí, es un apoyo fundamental, me alegra los días".
Meritxell y Alain hablan de sus problemas. Fuente: telecinco.esAunque la polémica no tiene pinta de desaparecer, las aguas van volviendo poco a poco a su cauce. La catalana se acercó a Alain para mantener una conversación que era más que necesaria entre ambos. En ella, a parte de dedicarse sendos calificativos como "baby" o "yayo", ambos se acusaron de mantener actitudes con las que no se habían sentido cómodos o ante las que se encontraban decepcionados. La cordialidad volvió tras esta conversación y Meri, en su intento de atraer a Alain, trató de evitar que durmiese en el club, algo que lleva haciendo durante días porque, según él, "se duerme muy bien en el club".
Simona, la nueva amenaza
La entrada de Simona, en sustitución de Fer, ha revolucionado la casa de Guadalix de la Sierra. Evidente es la conexión que se ha establecido entre ella y Alain, quienes en cuestión de días se han convertido en uña y carne y no paran de dedicarse caricias y atenciones. Esto, como era obvio, no ha gustado nada a Meritxell que considera que su nueva compañera ha llegado con "chulería y prepotencia". Los celos de la catalana son más que visibles, pero no por ello el francés decide cortarse a la hora de mostrar a Simona su cariño.
