'The Crown' fue creada por Peter Morgan para Netflix para contar a través de una serie de televisión de seis temporadas el reinado de Isabel II, el más largo de la historia de Reino Unido. Lo que narra cada capítulo está basado en hechos reales, pero eso no quiere decir que todo lo que se cuenta y sobre todo cómo se cuenta haya pasado así. En todas las temporadas ha habido licencias creativas, pero nunca se había generado tanta polémica hasta la cuarta temporada. Esto se explica no solo porque está más cerca de la actualidad y sobre todo por cómo se cuenta el desgraciado matrimonio del Príncipe Carlos y Lady Di. Es sin duda el Príncipe de Gales el que sale más perjudicado, a pesar de que en esta historia no hay héroes ni villanos, sino víctimas, aunque unas lo hayan sido más que otras.
En ese sentido, Helena Bonham Carter, que ha interpretado a la Princesa Margarita en las temporadas tres y cuatro de 'The Crown', se ha alineado con los que manifiestan que se debe poner énfasis en señalar a los espectadores que están viendo un drama y no un documental sobre la Familia Real Británica. Así lo ha dejado claro en el 'The Crown: The Official Podcast', donde señala que la serie tiene esa obligación moral con los espectadores, que no pueden pensar que todo lo que ven es lo que pasó exactamente.
" Está dramatizado. Creo que tenemos la responsabilidad moral de decir: 'Esperen señores, estamos haciendo un drama'. Son cosas diferentes", señaló la actriz, que por otro lado no dudó en alabar a Peter Morgan por su trabajo al frente de 'The Crown'. Eso sí, confirmó que la historia que se cuenta sobre dos de las primas de la Reina Isabel y la Princesa Margarita, Katherine y Nerissa Bowes-Lyon, es cierta: " La historia sobre Katherine y Nerissa es absolutamente cierta. Si Margarita tenía ese sentido de empatía con ellas y si ella no lo sabía, no tengo ni idea".
En ese sentido, la serie deja claro que la Reina Madre sabía perfectamente que sus sobrinas estaban internadas en el Royal Earlswood Institution for Mental Defectives en Redhill, Surrey debido a su retraso mental y que llegaron allí en 1941. En la ficción, la Reina Madre explica a su hija que se hizo para que su existencia no sembrara dudas sobre los Bowes-Lyon, emparentados con la Familia Real Británica por el matrimonio de la Reina Madre, de soltera Elizabeth Bowes-Lyon, con el Duque de York, posteriormente Jorge VI. Sin embargo, no hay evidencias de que la Reina Madre conociera el triste destino de sus sobrinas y que fueron declaradas legalmente fallecidas en 1963 hasta 1982, cuando habría sido informada. Desde entonces se habría ocupado de que recibieran regalos por su cumpleaños y por Navidad.
La opinión del Conde Spencer
Por otro lado, además de cronistas reales que han puesto el grito en el cielo por las licencias creativas de 'The Crown', confirmadas por cierto por el propio Peter Morgan, el secretario de Cultura, Oliver Dowden, puso de manifiesto la necesidad de que Netflix añadiera que lo que están viendo es una ficción. "Es una obra de ficción muy bien producida, así que al igual que en otras producciones televisivas, Netflix debería dejar claro al principio que se trata de eso, de una ficción. De no hacerlo, me temo que una generación de espectadores que no vivió los hechos que se cuentan puede confundir la ficción con la realidad", aseguró Dowden.
En esa línea se encuentra también el Conde Spencer. El hermano de Lady Di declaró a 'Lorraine' de ITV que ayudaría que 'The Crown' comenzara con una advertencia sobre que la serie está basada en hechos reales, pero que no todo lo que se cuenta es cierto. " Así todo el mundo entendería que es un drama ". El aristócrata aseguró también que Netflix le había pedido permiso para grabar en la mansión familiar, Althorp House, pero que se negó. Además, lamentó que muchas personas, sobre todo de Estados Unidos, le habían comentado que habían visto la serie tomándoselo como una lección de historia. El Conde Spencer les hizo saber que no era así.