Adara Molinero se enfrentó a la expulsión con Cristina Porta, su principal enemiga dentro del concurso, pero antes de conocer la decisión final del público, Adara tuvo la oportunidad de reencontrarse con uno de sus seres queridos. La madrileña ni se imaginaba a quién iba a ver previamente a la expulsión.
Jesús Molinero, padre de Adara, subió a 'La casa de los secretos' para reencontrarse con su hija tras dos años sin mantener comunicación con ella. La concursante entró al programa con la relación con su padre totalmente rota y perdida. Fue un tuit de Lucía Pariente sobre la relación de ambos, que desató la ira de la concursante, lo que impulsó a la reconciliación y gracias a ese tuit su padre terminó llamando en directo para intentar un acercamiento con su hija.
Acercamiento que se pudo ver en directo. Cuando la madrileña vio a su padre después de dos años, no dio crédito a lo que sus ojos estaba viendo: "Qué fuerte". Ambos se fundieron en un tierno abrazo, que terminó por emocionar al padre de la concursante. "Lo que pasó ya hablaremos, pero es mejor olvidarlo y volver a empezar", con estas palabras Jesús Molinero dejaba atrás todos los reproches que lanzó a su hija en la última llamada.
Adara, aún en shock, no pudo parar de sonreír ante la visita de su padre que le ha asegurado que ella es lo que más quiere. Jesús no pudo contarle nada a su hija sobre su nieto, porque apenas tiene relación con su padre, el cual ahora se está encargando del pequeño. Adara no pudo contener las lágrimas y muy emocionada contó que había echado mucho de menos a su padre. "Pensaba en llamarle, en contarle mis cosas, pedirle su opinión, en todo", explicó la joven. Después de estas tiernas palabras, ambos se despidieron con un emotivo te quiero.
La reacción de Elena en plató
Elena, la madre de Adara, pudo ver en directo el reencuentro entre padre e hija y no desaprovechó la ocasión para acusar al padre de hacer diferencias entre sus hijos, pero solo necesitó escuchar las palabras de Jorge Javier: "Por algo se empieza", para terminar llorando de la emoción por ver cómo su hija hacía las paces con su padre tras dos años sin hablarse.