Quien tiene un abuelo, tiene un tesoro. Los abuelos son regalos de la vida que nos hacen crecer a base de sus miles de experiencias. Nos cuidan cuando somos pequeños y nuestros padres no pueden, nos hacen las mejores comidas y nos consienten más que nadie con regalos, chuches o dinero. Las series de televisión siempre buscan triunfar en pantalla y saben que incluyendo la figura del anciano o anciana con sus nietos van a llegar al corazón de casi todos los espectadores.
A lo largo de la historia de la televisión hemos sido testigos de tramas en las que no ha faltado un abuelo en todas sus facetas: el cariñoso, el protector, el mafioso, el maestro o el pasota. entre muchas otras. Hemos querido hacer un homenaje a esas personas imprescindibles en la vida como son los abuelos y lo hemos hecho recordando a los más míticos de la televisión nacional de los últimos años -ya que recopilar a todos sería misión imposible-. Y tú, ¿añadirías alguno más a la lista?
1 Eugenia ('Aída)
No todas las familias son convencionales y no todos los abuelos son adorables. El mejor ejemplo dentro de la ficción nacional es Eugenia, protagonista de 'Aída'. Nunca tenía una buena palabra para nadie, a su nieta solo la quería para quitarle la comida que ella, imitando a su abuela, escondía para que nadie pudiera robársela y todos los favores que hacía eran por interés -normalmente de su estómago-. Siempre dejaba tirados a sus familiares y a los vecinos de Esperanza Sur cuando menos lo esperaban y su indiferencia, mala cara y pasotismo estaba presente todos los días de su vida. No podemos decir que haya sido una buena madre ni mucho menos una buena abuela, pero eso no quita que Eugenia se haya ganado un hueco en nuestros corazones y que nos haya regalado momentazos que quisiéramos vivir en nuestras propias carnes.
2 Herminia ('Cuéntame cómo pasó')
Sin ninguna duda, Herminia es la abuela de la televisión nacional. Muchas han pasado por nuestras retinas a lo largo de nuestra vida pero han terminado marchándose por donde habían venido. La única que todavía continúa al pie del cañón después de diecinueve temporadas y casi diecisiete años en antena es Herminia, la madre de Merche de 'Cuéntame cómo pasó'. Ella sí que es un ejemplo de abuela. Eso sí, chapada a la antigua -por eso de que la serie avanza en el tiempo y cambia de época temporada tras temporada-. Durante todos estos años la hemos visto crecer en todos los sentidos: ha sufrido en sus propias carnes varios ataques, ha caído enferma, ha sido testigo directo de uno de los primeros divorcios del país, pero también ha sido bisabuela, ha visto cómo sus nietos se convertían en adultos con responsabilidades que asumir y siempre ha tenido una sonrisa en la boca para regalar y un halo de esperanza para los suyos. ¿Cómo no vamos a querer a Herminia como abuela?
3 Vicente ('La que se avecina')
Llegamos al primer hombre de la lista y qué mejor que inaugurar la categoría masculina que con Vicente Maroto. Si hay un abuelo desentendido y con menos ganas de cuidar a su nieta, ese es él. Cuando empezó en 'La que se avecina' solo era marido y padre, pero no abuelo. No fue hasta la séptima temporada cuando Úrsula llegó a la vida de todos para ponerla patas arriba. Vicente no creía estar preparado para ser abuelo pero la rutina le demostró que sí. Aunque siempre con pegas, muchas veces ha tenido que hacerse cargo de la niña mientras Javi y Lola se dedicaban a otras cosas y, a veces, no lo ha hecho nada mal. Bueno, ha llegado a perderla, se la han robado, se le ha caído antes de ser bautizada y se ha quedado dormido con ella en casa. Un auténtico peligro. Pero en el fondo es todo un abuelazo. ¿Qué haríamos sin sus constantes gritos de "¡ay, Gregoria!" o sin ver el mando de la tele todo el día encima de su barriga?
4 Carmen ('Los Serrano')
Hacerse cargo de una familia de lo más extravagante no es nada fácil, y menos cuando es numerosa. Y mucho menos aun cuando ya no estás precisamente en la juventud y tienes que hacer frente a un grupo de enemigos dentro de tu propia casa. Eso le pasó a Carmen, la abuela de 'Los Serrano'. Desde el principio no consiguió congeniar con su yerno y con sus nietos (masculinos) y la situación comenzó a empeorar cuando decidió no hacer caso a su propia hija y mudarse a la casa de Lucía y Diego. Muchas veces, sin querer metía la pata y dejaba en evidencia a cualquiera de los suyos. Poco a poco todo se fue normalizando y cuando Lucía falleció y Diego se dio cuenta de que Carmen estaba alejándose de la familia, fue él mismo el que le pidió que regresara porque se había convertido en parte de los Serrano. Con sus más y sus menos, como todos, fue un pilar fundamental para el desarrollo de todos.
5 Maribel ('Los misterios de Laura')
Si intentar rehacer tu vida con tu exmarido como jefe y tus hijos gemelos a tu cargo ya es complicado, con tu madre viviendo en la casa de enfrente, mucho más. No siempre, diréis, ya que puede resultar de gran ayuda en muchos momentos. Bueno, pues con Maribel esto no solía ocurrir. La madre de Laura en 'Los misterios de Laura' era de todo menos común. La relación con su hija era estrecha pero sus caracteres siempre chocaban. Odiaba a más no poder a su exyerno y tampoco sentía mucha devoción por sus nietos. Eso sí, a su hija Verónica la idolatraba o por lo menos la utilizaba para dejar por los suelos a su primogénita. Muchos dicen que Beatriz Carvajal llegó a la serie de La 1 para cubrir la ausencia de Eva Santolaria, que se convirtió en un imprescindible para todos los seguidores. Sea así o no, lo cierto es que fue ganándose un hueco en la ficción y más protagonismo cada día. De hecho, la inspectora Lebrel llegaba a la resolución de muchos de sus casos gracias al instinto y a los consejos de su madre. Todos querríamos una abuela como ella.
6 Manolo ('Médico de familia')
Si viajamos unos años atrás nos topamos con uno de los abuelos de la televisión más queridos por todos. Tengamos la edad que tengamos, algún capítulo de 'Médico de familia' hemos visto casi todos los españoles. Y de todos los personajes, el abuelo Manolo fue el mejor recibido por los espectadores. Padre del doctor Nacho Martín, protagonista indiscutible de la sitcom de finales de los noventa, Manolo fue interpretado por el actor Pedro Peña. ¿Quién no recuerda las conversaciones que mantenía con su nieto, el archiconocido Chechu, en las que le ayudaba a descubrir facciones nuevas de la vida? Manolo fue una influencia directa para el pequeño gracias a los consejos que nunca dudaba en darle y a las broncas de las que tampoco se privaba cuando creía necesario. A pesar de parecer un hombre serio y bastante gruñón, en el fondo tenía un corazón que no le cabía en el pecho. Es difícil no querer un abuelo como él.
7 Concha ('Aquí no hay quien viva')
Obviamente no nos hemos olvidado de Radio Patio de 'Aquí no hay quien viva'. Tres abuelas -aunque solo una con nietos en Desengaño 21- que conquistaron a toda España desde el primer capítulo de la serie de Antena 3. Concha, encarnada por Emma Penella, era un personaje que llamaba al odio de todos los vecinos. Nunca estaba conforme con nada y siempre que pudiera hacer cualquier cosa para molestar al vecindario, no dudaba en tirar para adelante. Durante la primera temporada de la ficción vivió en el 2ºB con su hijo Armando y con su nieto Daniel y la pequeña Rebeca. El padre de los niños no cumplía muy bien su función y Concha tampoco sentía mucho cariño por sus nietos, pero siempre terminaba haciendo de abuela. Y, en el fondo, sus niños la querían. Su relación con Armando era tan mala que este decidió llevarse a su madre a una residencia para mantenerla lejos de él. Menudo padre y menudo hijo.
8 Lorenzo ('Los hombres de Paco')
Se llama Lorenzo pero todos lo conocemos con el Don delante. El mandamás de la comisaría de San Antonio, además de comisario, de padre protector, suegro molesto y jefe exigente y malhablado, Don Lorenzo es uno de los abuelos más recordados de la pequeña pantalla de la década de los 2000. Desde el primer episodio de 'Los hombres de Paco' fue un personaje principal y un pilar sin el cual la ficción no hubiera sido lo mismo. Harto de ver los errores de sus trabajadores a la hora de resolver casos de cualquier tipo, nunca se cansaba de gritarles toda clase de insultos y de pronunciar una frase en contextos muy variopintos que todavía no hemos conseguido sacarnos de la cabeza: " ¡Por mis santos cojones! ". Su relación con Sara no era muy cercana pero tenía claro que cualquiera que se acercara a su nieta para hacerle daño, se iba a arrepentir sí o sí. Un abuelo de los pies a la cabeza, de esos que todos querríamos tener aunque nos costara sacarle una sonrisa lo que no está escrito.