La justicia ha decidido que la operación de Yulia es el primer paso para someterse a un cambio de sexo, por lo que sus hijos adoptados le han sido arrebatados.
Yulia Savinovskikh, una madre rusa de 40 años, ha recibido la peor noticia que la justicia podía darle. Un tribunal de la ciudad de Ekaterimburgo ha fallado a favor de la decisión de los servicios sociales de quitarle la custodia de sus dos hijos adoptados. ¿El motivo? Su operación de pecho. Yulia se sometió en julio a una mastectomía por motivos de salud y comodidad, una decisión que supuso, según el juez, un indicio de cambio de sexo. En efecto, en Rusia está prohibido que las parejas homosexuales adopten, y desde 2013 se cancelaron todos los convenios de adopción con los países que permiten el matrimonio homosexual. A raíz de la operación de Yulia, los servicios sociales asumieron que estaba planeando un cambio de sexo. Esto, unido a una queja anónima por un supuesto "comportamiento inmoral" de Savinovskikh y a sus publicaciones en las redes sociales, hizo que en agosto la separaran de sus hijos.
Yulia, que ha tenido cuatro hijos de forma natural y adoptó con su marido a estos dos niños huérfanos, de 4 y 5 años y con distintos grados de discapacidad, se defiende: "Al principio pensé que se trataba sólo de un enorme malentendido y que todo se aclararía. Con o sin senos, seguiré siendo una mujer, una madre para mis hijos". Savinovskikh ha declarado que no tiene ninguna intención de cambiar de sexo, y afirma que las autoridades no habían tenido ninguna queja de sus deberes como padres.Su abogado tacha la decisión de 'absurda'
"El hecho de que ella se identifique como un hombre, teniendo en cuenta que ya está casada con uno, básicamente contradice los principios de las leyes sobre familia de nuestro país, las tradiciones y mentalidad de nuestra sociedad", dice la sentencia. También se ha pronunciado el abogado de Yulia, que califica el fallo de 'absurdo': "El juez ha encontrado que Savinovskikh está en un matrimonio del mismo sexo con su marido, y los niños no deberían criarse en una familia así", explica. Por su parte, Yulia seguirá defendiendo los derechos del colectivo LGTB y asegura que es su problema lo que hace con su cuerpo.