Aunque su identidad en Argentina es MarÃa Isabel Santos Caballero, ella prefiere ser llamada Victoria Eugenia en la que entrevista mantenida con Bekia. La viuda de Escobar es una mujer que ha sufrido mucho y se nota en su voz, pero mantiene la fuerza necesaria para seguir viviendo y ha logrado ser feliz pese a todo. Victoria Eugenia Henao pide perdón una y otra vez por el dolor causado por su marido, pero no se responsabiliza de lo que no tiene culpa. Tampoco quiere vivir anclada en el odio, solo quiere seguir adelante y trabajar para que lo que pasó en Colombia no vuelva a repetirse. Esta es su historia.
Victoria Eugenia Henao: He escrito este libro porque he necesitado, después de tantos años de exilio en los que he tenido que ahondar en la profundidad más grande de mi alma y trabajar con muchos terapeutas, para entender todo este dolor y esta situación que me tocó vivir. También porque mi imagen ha sido muy desdibujada en las series de televisión y en muchos medios de comunicación, por lo que siento que tengo una responsabilidad con mis hijos y con mi nieto de que conozcan la historia, los dolores y las tristezas de mi sentir. También porque tengo un compromiso moral con el dolor que Colombia vivió.
B: Entonces, ¿las series sobre Escobar no han reflejado fielmente lo que fue vuestra vida?
B: ¿Entiendes que hubiera gente que viera a Pablo Escobar a un héroe?
B: ¿Qué es lo más doloroso que viviste con Pablo Escobar?
V.E.H: Fueron muchos, pero me sentà más humillada con las infidelidades.
B: ¿Has llegado a odiar a Pablo Escobar?
V.E.H: He tenido momentos de mucho enojo y mucho dolor, pero no quiero vivir en el resentimiento y en el odio. Quiero seguir trabajando en este proceso para llegar al perdón.
B: En el epÃlogo del libro cuentas un suceso muy duro. ¿Cómo pudiste casarte con él después de lo que pasó?
V.E.H: Lo que pasó lo llegué a entender con mi terapeuta a los 56 años. Yo no entendÃa que eso habÃa pasado, que era una violación. Yo tenÃa mucho miedo, era una niña y no entendà en ese momento lo que estaba sucediendo.
B: Pablo Escobar fue un padre para vuestros hijos, al menos en el plano afectivo. ¿Cómo pudo ser tan afectuoso en familia y tan sanguinario con los demás?
V.E.H: Es una pregunta que ahora estoy empezando a entender y por tanto no la puedo contestar todavÃa. En una investigación cientÃfica que se ha estado haciendo se están estudiando las mentes asesinas, asà que es un proceso de análisis y de reconstrucción que estoy buscando.
B: Has confesado que seguiste con Pablo Escobar por amor. ¿Has llegado a sentirte cómplice de sus crÃmenes por no haberle denunciado?
V.E.H: Jamás. Fui la madre de sus hijos y los últimos nueve años de su vida ya no vivió con nosotros. Yo estuve encerrada cuidando y protegiendo a mis hijos, y protegiéndome a mà misma de que nos mataran, nos secuestraran o nos hicieran desaparecer.
B: ¿Si volvieras a nacer vivirÃas la misma vida?
V.E.H: No, para nada; agarrarÃa un cohete y me irÃa a la luna.
B: Has sufrido el machismo reinante en la Colombia de la época. ¿Puedes constatar que realmente los tiempos han cambiado?
V.E.H: No sé si han cambiado demasiado, lo que sà tengo muy claro es que yo vivà en una cultura muy machista. Las mujeres no tenÃamos derecho ni a opinar, ni a preguntar.
B: ¿Crees que el mundo al que se enfrenta tu hija es mejor que el que viviste?
V.E.H: En Argentina, que es donde vivimos, la cultura es mucho menos machista, pero hablando de Colombia, aunque hace muchos años que no estoy allÃ, considero que queda una veta de machismo bastante marcada.
V.E.H: SÃ, he vuelto a pisar Colombia en algunas oportunidades, una de ellas cuando mi madre estaba muy enferma y se estaba muriendo y tuve que volver.
B: ¿Qué sintió al volver a su paÃs?
V.E.H: Fue muy fuerte. Sucedió 12 años después de haberme ido... SentÃa que el aire se me agotaba, que me paralizaban el pánico y el horror. SentÃa que estaba entrando a un paÃs lleno de horror.
B: ¿VolverÃa a instalarse en Colombia si pudiera o nunca se lo he planteado?
V.E.H: No, jamás me lo he planteado y jamás vivirÃa en Colombia. No es nuestro lugar, no me sentirÃa cómoda. Es el precio que estamos pagando por esta historia.
B: En Argentina encontraste por fin un hogar, pero usted tuvo que pasar por la cárcel en su nuevo paÃs. ¿Qué ocurrió para que tuviera que ser encarcelada?
V.E.H: Me defraudó un contador (contable) y fui a denunciarlo, pero el fantasma de Pablo Escobar pudo más que mi denuncia y que las amenazas que me hicieron.
B: ¿Ve reflejado en México ahora el infierno que se vivió en Colombia por el narcotráfico?
V.E.H: Es muy doloroso, pero no es solamente en México, es un flagelo mundial. Es una invitación de toma de conciencia a todas las culturas para que pasen lo mejor a las generaciones que vienen y que vivan una vida lo más amable posible.
B: ¿Ha vuelto a ser feliz desde la muerte de Pablo Escobar?
V.E.H: Soy feliz porque tengo a mis hijos vivos. Mi hijo me ha regalado el orgullo y la felicidad de ser un hombre de bien y que está sembrando en el mundo una semilla para que no haya violencia y para que no se repitan más historias como las de su padre. Soy también muy feliz porque tengo un nieto que me conecta con la plenitud y con la vida, y porque me siento una mujer responsable y decidida a seguir trabajando, una mujer que es madre y profesional que quiere seguir siendo alguien que pueda hacer una contribución a la sociedad.
B: ¿Cree que volverá a haber alguien como Pablo Escobar?
V.E.H: Le pido a Dios que no vuelva a haber alguien como Pablo Escobar.