Victoria Eugenia Henao salió de Colombia con sus hijos Juan Pablo y Manuela huyendo del horror causado por la guerra contra Escobar, que había sido asesinado en diciembre de 1993. Comenzaron así una nueva vida, con otra identidad, pero llenos de dolor y de amargura. Primero fue su vástago el que se decidió a contar su historia, y después ha sido ella, su viuda, la madre de sus hijos, la que ha narrado lo que pasó con Escobar, lo bueno y lo malo, en un libro llamado 'Pablo Escobar: mi vida y mi cárcel'.
Aunque su identidad en Argentina es María Isabel Santos Caballero, ella prefiere ser llamada Victoria Eugenia en la que entrevista mantenida con Bekia. La viuda de Escobar es una mujer que ha sufrido mucho y se nota en su voz, pero mantiene la fuerza necesaria para seguir viviendo y ha logrado ser feliz pese a todo. Victoria Eugenia Henao pide perdón una y otra vez por el dolor causado por su marido, pero no se responsabiliza de lo que no tiene culpa. Tampoco quiere vivir anclada en el odio, solo quiere seguir adelante y trabajar para que lo que pasó en Colombia no vuelva a repetirse. Esta es su historia.
Victoria Eugenia Henao: He escrito este libro porque he necesitado, después de tantos años de exilio en los que he tenido que ahondar en la profundidad más grande de mi alma y trabajar con muchos terapeutas, para entender todo este dolor y esta situación que me tocó vivir. También porque mi imagen ha sido muy desdibujada en las series de televisión y en muchos medios de comunicación, por lo que siento que tengo una responsabilidad con mis hijos y con mi nieto de que conozcan la historia, los dolores y las tristezas de mi sentir. También porque tengo un compromiso moral con el dolor que Colombia vivió.
B: Entonces, ¿las series sobre Escobar no han reflejado fielmente lo que fue vuestra vida?
V.E.H: No, no lo han reflejado. En el libro 'Pablo Escobar In fraganti' que escribió mi hijo Juan Pablo, comenta las imprecisiones de las series y yo apoyo totalmente lo que ha dicho.
B: ¿Entiendes que hubiera gente que viera a Pablo Escobar a un héroe?
V.E.H: Sí, lo entiendo. Pero me parece que las series de televisión se han encargado de mostrar una imagen que no tiene nada que ver con la realidad y que no es un ejemplo a seguir para las generaciones venideras. Para los jóvenes y los chicos adolescentes que no tienen la capacidad de mencionar el daño que esa historia hizo, es muy perjudicial.
B: ¿Qué es lo más doloroso que viviste con Pablo Escobar?
V.E.H: Fueron muchos, pero me sentí más humillada con las infidelidades.
B: ¿Has llegado a odiar a Pablo Escobar?
V.E.H: He tenido momentos de mucho enojo y mucho dolor, pero no quiero vivir en el resentimiento y en el odio. Quiero seguir trabajando en este proceso para llegar al perdón.
B: En el epílogo del libro cuentas un suceso muy duro. ¿Cómo pudiste casarte con él después de lo que pasó?
V.E.H: Lo que pasó lo llegué a entender con mi terapeuta a los 56 años. Yo no entendía que eso había pasado, que era una violación. Yo tenía mucho miedo, era una niña y no entendí en ese momento lo que estaba sucediendo.
B: Pablo Escobar fue un padre para vuestros hijos, al menos en el plano afectivo. ¿Cómo pudo ser tan afectuoso en familia y tan sanguinario con los demás?
V.E.H: Es una pregunta que ahora estoy empezando a entender y por tanto no la puedo contestar todavía. En una investigación científica que se ha estado haciendo se están estudiando las mentes asesinas, así que es un proceso de análisis y de reconstrucción que estoy buscando.
B: Has confesado que seguiste con Pablo Escobar por amor. ¿Has llegado a sentirte cómplice de sus crímenes por no haberle denunciado?
V.E.H: Jamás. Fui la madre de sus hijos y los últimos nueve años de su vida ya no vivió con nosotros. Yo estuve encerrada cuidando y protegiendo a mis hijos, y protegiéndome a mí misma de que nos mataran, nos secuestraran o nos hicieran desaparecer.
B: ¿Si volvieras a nacer vivirías la misma vida?
V.E.H: No, para nada; agarraría un cohete y me iría a la luna.
B: Has sufrido el machismo reinante en la Colombia de la época. ¿Puedes constatar que realmente los tiempos han cambiado?
V.E.H: No sé si han cambiado demasiado, lo que sí tengo muy claro es que yo viví en una cultura muy machista. Las mujeres no teníamos derecho ni a opinar, ni a preguntar.
B: ¿Crees que el mundo al que se enfrenta tu hija es mejor que el que viviste?
V.E.H: En Argentina, que es donde vivimos, la cultura es mucho menos machista, pero hablando de Colombia, aunque hace muchos años que no estoy allí, considero que queda una veta de machismo bastante marcada.
V.E.H: Sí, he vuelto a pisar Colombia en algunas oportunidades, una de ellas cuando mi madre estaba muy enferma y se estaba muriendo y tuve que volver.
B: ¿Qué sintió al volver a su país?
V.E.H: Fue muy fuerte. Sucedió 12 años después de haberme ido... Sentía que el aire se me agotaba, que me paralizaban el pánico y el horror. Sentía que estaba entrando a un país lleno de horror.
B: ¿Volvería a instalarse en Colombia si pudiera o nunca se lo he planteado?
V.E.H: No, jamás me lo he planteado y jamás viviría en Colombia. No es nuestro lugar, no me sentiría cómoda. Es el precio que estamos pagando por esta historia.
B: En Argentina encontraste por fin un hogar, pero usted tuvo que pasar por la cárcel en su nuevo país. ¿Qué ocurrió para que tuviera que ser encarcelada?
V.E.H: Me defraudó un contador (contable) y fui a denunciarlo, pero el fantasma de Pablo Escobar pudo más que mi denuncia y que las amenazas que me hicieron.
B: ¿Ve reflejado en México ahora el infierno que se vivió en Colombia por el narcotráfico?
V.E.H: Es muy doloroso, pero no es solamente en México, es un flagelo mundial. Es una invitación de toma de conciencia a todas las culturas para que pasen lo mejor a las generaciones que vienen y que vivan una vida lo más amable posible.
B: ¿Ha vuelto a ser feliz desde la muerte de Pablo Escobar?
V.E.H: Soy feliz porque tengo a mis hijos vivos. Mi hijo me ha regalado el orgullo y la felicidad de ser un hombre de bien y que está sembrando en el mundo una semilla para que no haya violencia y para que no se repitan más historias como las de su padre. Soy también muy feliz porque tengo un nieto que me conecta con la plenitud y con la vida, y porque me siento una mujer responsable y decidida a seguir trabajando, una mujer que es madre y profesional que quiere seguir siendo alguien que pueda hacer una contribución a la sociedad.
B: ¿Cree que volverá a haber alguien como Pablo Escobar?
V.E.H: Le pido a Dios que no vuelva a haber alguien como Pablo Escobar.