La escritora señaló que quiso escribir un libro y empezó contando una historia muy bonita y muy positiva que una persona de su confianza le dijo que no iba a servir para nada. Le dio una vuelta, y a través de la ficción construyó 'Un segundo antes de la furia', donde Martina es una víctima que se convierte en verdugo: "Lo que hice fue crear a Martina que olvida todo lo que le ha pasado, pero ni lo asume, ni se enfrenta a ese monstruo y lo que pasa es que se deja llevar y se convierte en un verdugo. Le di la vuelta", asegura.
Un libro para las víctimas
En relación a los abusos sexuales en la infancia, critica que no se quiera hablar de ellos, y que incluso haya familias de víctimas que prefieran mirar hacia otro lado: "Esto pasa mucho y nadie quiere hablar de ello. Las propias familias lo meten debajo de la alfombra. No hemos evolucionado en ese punto. Sí que es verdad que es un tema incómodo, que nadie quiere asumir. Tenemos un problema como sociedad muy grande porque no queremos hablar de esto. No queremos asumir que esto pasa, que pasa mucho y que hay que arreglarlo". Recuerda además que los niños y niñas no se pueden defender y que la legislación debería evitar la prescripción de este tipo de delitos: "El tiempo pasa y cada víctima tendrá su historia, pero llega la legislación, que te dice que este tipo de temas prescriben. ¿Cómo va a prescribir algo que ha sufrido un niño, que pasa x tiempo y cuando llega el momento de solucionarlo, la legislación ya no está ahí para ti?, lamenta.
"Cuando eres niño no te creen, partes de un negacionismo. En muchos casos que he conocido a los niños no les creen, que nos lo estamos inventando, que nos hemos vuelto locos, porque al adulto no le interesa y prefiere no mirar. Es una víctima fácil para el verdugo y para todo el entorno. Entiendo que alrededor de la victima haya un impacto social. Los que lo tapan también sienten vergüenza y miedo, y en vez de mirar por la victima y protegerlo es más fácil que el niño está mintiendo", explica Verónica Molina, que añade también que no se le ha ocurrido escribir este libro por venganza, sino para las víctimas, "para la gente que lo ha sufrido". Sobre los negacionistas, comenta que tendrían que ponerse en la piel de un niño o niña que pase por un trauma así para entender por qué se tarda tanto en gestionar y entender lo que le han hecho y que nadie se puede inventa algo tan horrible.
La autora reconoce que a ella le costó asumir lo que le había pasado, pero que ha logrado salir adelante. En su caso, unos le creyeron y otros no, y pidió ayuda tarde, cuando pudo, asegura. En relación a Sofía Cristo, que reveló en televisión que un allegado había abusado de ella cuando tenía 5 años, algo de lo que se enteró su madre, Bárbara Rey, en directo, Verónica Molina aplaude su valentía y espera que se ayude a la madre, que no debe sentirse culpable. Sobre eso apunta a que cuando ocurre algo tan atroz, todos se sienten culpables menos los agresores. Finalmente, explica una idea que ella misma califica como loca y en la que está trabajando, un proyecto marcado por la violencia, con un protagonista masculino que se cruza con Martina.