En 2014, la rusa bajó tanto de peso que llegó a pesar treinta y tres kilos. Su familia no se daba cuenta de lo mucho que Schulz se estaba deteriorando y, cuando lo hicieron, Vera Schulz ya se encontraba débil, destruida por la falta de nutrientes y su salud puso en alerta a todas las personas de su alrededor. Se encontraba en un estado preocupante y un ejemplo de ello fueron los desmayos diarios.
Cuando pensaban que la adolescente no podría superarlo, ella puso más fe que nunca en su futuro y empezó a practicar fitness. Esto dejó con la boca abierta a su círculo social, ya que desarrolló una gran afición a estos ejercicios gimnásticos y fueron la motivación que impulsó para ganar su guerra contra la anorexia.
Un final feliz
Vera Schulz es ahora instructora de fitness y ejemplo para muchos ya que en Instagram ha alcanzado más de veinticuatro mil seguidores, a los cuales motiva, inspira y enseña a vivir una vida plena y sana, independientemente de si sufren trastornos alimentario o no. Schulz es un ejemplo de superación y demuestra que es posible recuperarse.