No son momentos fáciles para el deportista que tiene que dar todo para conseguir ser el primero en las piscinas mientras tiene su cabeza junto a su familia, a su padre y su madre. Ambos sufren un cáncer, de próstata y de pecho respectivamente, que podría impedir que dieran el apoyo a su hijo en Rio 2016.
Una lucha contra la enfermedad
Le Clos no puede evitar sentirse abrumado por todo lo que está sucediendo a su alrededor, y no es para menos: "Todo ha venido de sopetón. Pero creo que no he entrenado tan bien como nunca". Con una situación tan delicada como la que le rodeo la natación, y la libertad que siente, se están convirtiendo en una vía de escape: "Cuando entro en el agua es como si apartara la pena y el estrés".
Aunque Le Clos haya llegado a lo más alto del podio, venciendo al que parecía en 2010 invencible, Michael Phelps, lo cierto es que sus comienzos no fueron sencillos. Con menos de 10 años, el joven dio un gran salto a la piscina y comenzó a luchar por su gran sueño: triunfar en las aguas.
A través de numerosos testimonios cercanos al deportista, los espectadores pueden descubrir, por ejemplo, cómo era la deficiente y poco aseada piscina en la que logró alcanzar todo su potencial, los largos y extenuantes entrenamientos a los que se ha sometido para el máximo nivel, la austeridad de la que gozaba su familia y cómo asimila todo esto ahora que está en la cresta de la ola.