Inicio de una 'nueva' fiesta
El Toro de la Peña que ha tenido lugar el primer martes después del 8 de septiembre, como cada año se celebraba el Toro de la Vega, se ha convertido en un festejo de enfrentamiento, y eso se sabía incluso antes de celebrarse por toda la polémica que encierra la fiesta. En medio del festejo animalistas y vecinos aficionados y defensores del Toro de la Vega se han enfrentado, propiciándose insultos y hasta golpes. Ha sido necesaria la intervención de la Guardia Civil para mediar en esta disputa, eso sí, no ha habido detenidos. Este encaramiento se ha saldado con dos heridos animalistas, según han confirmado fuentes sanitarias.
Unas 5.000 personas se han manifestado en las calles del municipio para defender la festividad, y llevaban consigo una gran pancarta que decía: "Tordesillas no se rinde". Han querido defender una tradición centenaria y una fiesta donde, según su perspectiva, prima la democracia y el 'respeto a la cultura'. Dos horas antes de soltar al morlaco han defendido la libertad de poderle dar muerte como se hacía años atrás.
Para los defensores se trata de una celebración que se lleva dentro y que no les podrán quitar nunca, según han manifestado a través de la lectura de un texto manifiesto. El Toro de la Peña comenzó con retraso debido a la manifestación, la lectura y las disputas entre defensores de la fiesta y del toro como animal. Mientras ha tenido lugar la suelta del toro, los animalistas estaban situados a la orilla de la carretera del recorrido gritando "'los animales no son objetos!", "Tordesillas, vergüenza nacional", "ni vacas en los platos, ni toros en las plazas", o "basta ya de tortura animal".
Por otro lado se ha notado que se ha reducido el número de asistentes en comparación a otros años y muchos defensores de la fiesta han apunto que esto puede suponer la ruina de los establecimientos hosteleros que viven de este acontecimiento.