Después de toda la polémica existente en torno al Toro de la Vega, una festividad del municipio de Tordesillas, situado en Valladolid, muchos animalistas han conseguido acabar con esta tradición que lleva años y años celebrándose para dar paso al Toro de la Peña que ha dado comienzo este mismo año 2016. Se trata de un nuevo encierro que, a pesar de las insistencias de los defensores de los animales, las diferencias son pocas con la anterior fiesta.
La principal diferencia entre ambos festejos es que este año no se podrá lancear al toro como era costumbre. Hasta el año pasado, una vez que el animal entraba en la Vega, los mozos de a pie y caballistas perseguían al animal hasta conseguir darle muerte. Fue la Junta de Castilla y León la que aprobó el pasado mayo un decreto que ponía fin a esta tradición. La normativa prohíbe por consiguiente dar muerte en público a los toros de lidia en espectáculos taurinos de este calibre, y tampoco se podrán causar heridas que busquen acabar con su vida.
Inicio de una 'nueva' fiesta
El Toro de la Peña que ha tenido lugar el primer martes después del 8 de septiembre, como cada año se celebraba el Toro de la Vega, se ha convertido en un festejo de enfrentamiento, y eso se sabía incluso antes de celebrarse por toda la polémica que encierra la fiesta. En medio del festejo animalistas y vecinos aficionados y defensores del Toro de la Vega se han enfrentado, propiciándose insultos y hasta golpes. Ha sido necesaria la intervención de la Guardia Civil para mediar en esta disputa, eso sí, no ha habido detenidos. Este encaramiento se ha saldado con dos heridos animalistas, según han confirmado fuentes sanitarias.
Unas 5.000 personas se han manifestado en las calles del municipio para defender la festividad, y llevaban consigo una gran pancarta que decía: "Tordesillas no se rinde". Han querido defender una tradición centenaria y una fiesta donde, según su perspectiva, prima la democracia y el 'respeto a la cultura'. Dos horas antes de soltar al morlaco han defendido la libertad de poderle dar muerte como se hacía años atrás.
André Viard, torero y presidente del observatorio francés de las culturas taurinas, es uno de los principales defensores de la fiesta, y ha dicho a la agencia EFE: "La lucha de Tordesillas es una lucha por la libertad de un pueblo y una batalla contra los totalitarismos". Además, ha llamado 'tiranos y totalitarios' a los animalistas, y también 'faltos de talento' a los políticos que "juegan con los sentimientos y la tradición de los pueblos en busca de rédito político".
Para los defensores se trata de una celebración que se lleva dentro y que no les podrán quitar nunca, según han manifestado a través de la lectura de un texto manifiesto. El Toro de la Peña comenzó con retraso debido a la manifestación, la lectura y las disputas entre defensores de la fiesta y del toro como animal. Mientras ha tenido lugar la suelta del toro, los animalistas estaban situados a la orilla de la carretera del recorrido gritando "'los animales no son objetos!", "Tordesillas, vergüenza nacional", "ni vacas en los platos, ni toros en las plazas", o " basta ya de tortura anima l".
Por otro lado se ha notado que se ha reducido el número de asistentes en comparación a otros años y muchos defensores de la fiesta han apunto que esto puede suponer la ruina de los establecimientos hosteleros que viven de este acontecimiento.