El documental nació con la intención de defender que no se celebren Los Juegos de la Commonwealth en aquellos países que posean leyes criminalizando la homosexualidad o promuevan la homofobia. Estos juegos son un evento deportivo, una especie de Juegos Olímpicos a menor escala, en los que únicamente participan los deportistas pertenecientes a los países que forman la Mancomunidad de Naciones.
Durante cuatro años, Daley ha recorrido varios de estos países, "los más homófobos de la Mancomunidad de Naciones", para documentarse a fondo y ver cómo es la vida de los deportistas homosexuales en ellos. Su experiencia le ha llevado a cambiar por completo de opinión. Aunque en un principio defendía que los juegos no se llevasen a esos países, ahora cree que esa medida afectaría sobre todo a las personas homosexuales residentes en aquellos territorios, pues se les culparía directamente como la causa principal de que las competiciones hayan sido retirados de sus países. Durante su viaje, Daley aprovechó para hablar con un cantante pakistaní, lo que fue algo muy revelador para él y le sirvió para cambiar su mentalidad: "Me ha abierto los ojos en muchas cosas diferentes. De donde provienen las leyes, de donde procede la homofobia en primer lugar, es un legado del colonialismo y hablar con él en particular me abrió los ojos".
Para muchos, un tesoro nacional
El deportista ha entrevistado a varias personas durante su documental, que le han ayudado a ver la situación desde otra perspectiva. "Poder abordarlo con menos opresión y brindar a las personas la oportunidad de aprender y crecer", ha explicado durante una entrevista para presentar su documental. "Tener la postura proderechos LGTB a la vanguardia del espíritu de los juegos de la Mancomunidad de Naciones y, por ejemplo, limitar a ciertos países para que no puedan alojarlo", ha explicado Daley, explicando las diferentes formas de ayudar a que los países más homófobos consigan abrir su mente y avanzar en cuanto a derechos. El deportista también ha defendido otras medidas como, por ejemplo, animar a los países con leyes homofóbicas a exhibir la bandera del colectivo en eventos deportivos: "Aquí en Reino Unido damos por sentado nuestro privilegio y el hecho de que vemos banderas del arcoíris en algunos lugares, pero para aquellas personas de la Commonwealth donde su existencia es ilegal, eso es una señal de seguridad y un faro de esperanza", ha afirmado el atleta.