Según ha publicado El Mundo, Rita Barberá envió un último mensaje antes del fatídico final a un alto cargo del Ministerio de Interior. En él decía: "Simplemente recordarte la nueva carta de amenaza de muerte que he recibido. Esta vez me dan de plazo hasta el día 1. Besos. Espero verte días después". Sin lugar a dudas, la situación de Rita Barberá era bastante complicada, ya que además, había recibido más amenazas de muerte tiempo atrás.
El último pedido que hizo al hotel la que fuera Alcaldesa de Valencia fue una tortilla de patatas con un whisky, pedido que nunca llegó a pagar. Barberá se encontraba en "condiciones lamentables" tras su declaración en el Tribunal Supremo por el presunto delito de blanqueo de capitales. La exalcaldesa tomaba pastillas antidepresivas, como se ha podido saber tras su muerte y, además, sus problemas de hipertensión se habían agravado.
La hermana de Rita Barberá acudió al hotel en el que se hospedaba ante la advertencia de ella misma de que se encontraba ligeramente mal de salud. Pasó la noche al lado de Barberá y notó como respiraba dificultosamente hasta que en un momento dado la exalcaldesa dejó de respirar. El sobrino de Barberá, hospedado en un hotel cercano, llegó todo lo rápido que pudo e intentó reanimarla haciéndole el boca a boca, pero nada se pudo hacer ya por ella. El Summa solo pudo certificar su muerte después de 30 minutos intentando reanimarle.
La situación de Barberá en sus últimos días de vida
Herrera no dudó en dar su opinión en su programa de radio 'Herrera en COPE' diciendo: "No conozco el expediente médico de Rita Barberá, estaba en una situación política y judicial delicada que si se junta con otros factores de riesgo concluye en lo que ha ocurrido". Además añadía: "Una mujer linchada con un proceso, una sentencia que no ha existido y que tenía que ver con 1.000 euros, pero ahora mismo sobre ella no pesaba ninguna condena".