Multitud de casos de abusos han salido en el mundo del cine y de la moda, los últimos relacionados con el actor James Franco y los fotógrafos de moda Mario Testino y Bruce Weber. Pero en el mundo del deporte también hay muchos casos como estos, y es que es un mundo donde sigue habiendo mucho machismo. La última en hablar ha sido Simone Biles, quien asegura haber sido víctima de Larry Nassar. "Yo también soy una de las múltiples supervivientes que fue asaltada sexualmente por Larry Nassar", comenta la deportista en su Twitter.
Larry Nassar es un delincuente que trabajó como médico en el equipo olímpico estadounidense y que aprovechó los 29 años en ese cargo para abusar de muchas de las atletas a su cargo. Actualmente se encuentra en la cárcel a la espera de sentencia tras declararse culpable de siete casos de abuso sexual, tres de ellos a menores de 13 años, pero hasta 130 gimnastas le han denunciado. Nassar confesó ante la juez que durante los reconocimientos médicos penetraba con los dedos a las niñas.
Feelings... ? #MeToopic.twitter.com/ICiu0FCa0n
? Simone Biles (@Simone_Biles) January 15, 2018
Ahora Simone Biles ha hablado, y mediante una larga carga que compartía en su cuenta de Twitter, bajo el ya popular hashtag #Metoo, la joven gimnasta de 20 años cuenta su experiencia. "No es normal recibir por parte de un prestigioso médico del equipo un tratamiento al que él se refería de modo horripilante como 'el tratamiento especial'. Ese comportamiento es absolutamente inaceptable, asqueroso y abusivo, especialmente viniendo de alguien en quien me habían dicho que confiase. Durante demasiado tiempo me he preguntado si había sido muy ingenua, si había sido mi culpa. Ahora sé la respuesta a esas preguntas: no. No fue mi culpa. Ni cargaré ni debo cargar con la culpa que corresponde a Larry Nassar, la Federación Estadounidense de Gimnasia (USAG) y otros".
Abusos y pornografía
Nassar no solo ha sido acusado por abusos, sino que también hay pruebas de pornografía infantil. La policía encontró en un disco duro que intentó tirar a la basura más de 37.000 imágenes ilegales de pornografía infantil. Por ello ha sido condenado a 60 años de prisión, y por el caso de abusos sexuales, aún sin sentencia, recibirá una condena mínima de 25 años y una máxima de cadena perpetua.