El pasado 28 de marzo Inglaterra entera quedó conmocionada tras la emisión de la BBC del documental 'Rio Ferdinand: ser madre y padre', en el que la leyenda del Manchester United narra la dolorosa experiencia de perder a su mujer y cómo atravesó este duro golpe haciéndose cargo de sus tres hijos.
Ferdinand quedó viudo tan solo seis años después de casarse. Su mujer, Rebecca Ellison, falleció en 2015 a causa de un cáncer de mama, solo dos meses y medio después de que fuera diagnosticada. El futbolista abrió su corazón en este emotivo documental en el que relata cómo ha cambiado su vida a raíz de la muerte de su esposa.
El defensa llegó a caer en la bebida al verse viudo y con tres hijos a su cargo: Lorenz, Tate y Tia, que en aquel entonces tenían nueve, siete y cuatro años, respectivamente. "Al principio bebía mucho por las noches después de acostar a los niños. Hasta que un día me desperté, y no era capaz de llevarles al colegio. Incluso tuve un accidente de coche. Y me di cuenta de que no podía seguir así. Sufrí ataques de pánico", confesó a la cadena británica.
El shock que le produjo esta tragedia en su vida fue muy duro y admitió que "nadie te enseña cómo lidiar con la pérdida. Tenía una vida increíble, una mujer maravillosa, unos hijos fabulosos y cuando Rebecca fue diagnosticada, todo cambió. Necesito ayuda. Sé que necesito ayuda".La pena y el alcohol le hicieron llegar a pensar incluso en el suicidio. Ferdinand reveló que no podía pasarse los días encerrado en casa porque le hacían tener "pensamientos muy locos". También confesó que sus hijos le salvaron de sí mismo y fueron la fuerza que lo ayudó a salir adelante tras esta tragedia. "Cuando miro a mis hijos ahora sé que no podría hacerles eso, hundirles hasta el punto en el que estoy yo", añadió.
Ser madre y padre, dura tarea
Sacar adelante a sus hijos ha sido la mayor de las preocupaciones para el exfutbolista, que decidió retirarse un mes después de la muerte de su mujer. Antes de que su esposa falleciera le dijo que sería un padre y una madre estupendo para sus hijos. Además, admitió que ahora entendía la importancia de su mujer como madre, y dijo que los hombres eran unos ignorantes por no valorar el trabajo tan duro que hacen las mujeres al cuidar de la familia y del hogar.
También reconoció que debido a su vida de futbolista se lo daban todo hecho. Si se iban de vacaciones era su mujer la que preparaba todo y él tan sólo tenía que ocuparse de su maleta. No sabía ni cómo ir al médico, ya que sólo había visitado al del club. Incluso no sabía cómo funcionaban la lavadora o la secadora en su casa. Sin embargo, ahora piensa que Rebecca estaría orgullosa de él: "Ahora puedo decir que cuando ella mire hacia abajo dirá, bien hecho".