El Papa Benedicto XVI aterrizó en Madrid minutos antes de las 12:00 horas de la mañana en un avión procedente de Roma, de donde había despegado una hora y media antes para acudir a su tercera visita a España, la primera a la capital de nuestro país.
A pie de pista le esperaban Sus Majestades los Reyes de España, quienes se desplazaron a Barajas para agasajar a Benedicto XVI con su presencia. Don Juan Carlos I, portando una muleta pues se encuentra recuperándose de su operación de rodilla, y Doña Sofía saludaron con respeto y complicidad a Su Santidad y caminaron junto a él por una alfombra roja para recibir al resto de autoridades. El Rey se ha dirigido al Papa en italiano, quien a su vez le ha preguntado por su salud.
Entre vítores de los fieles que se han acercado a Barajas para recibir al Sumo Pontífice, Recibido "Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí". "Se nota, se siente, el Papa está presente". "Esta es la juventud del Papa", Su Majestad el Rey y Su Santidad el Papa han pronunciado sendos discursos que han arrancado los aplausos de los presentes.
El Rey Don Juan Carlos habla de una crisis de valores
El primero en hablar ha sido el Rey, quien ha dado la bienvenida al Papa recordando que es ya su sexta visita a España: "Lo interpretamos como una especial distinción a nuestro a país. La visita está llena de alcance, conocemos vuestra ilusión por venir a Madrid para reuniros con jóvenes de todo el planeta y hacerles llegar la fuerza de vuestra palabra. Los jóvenes os esperan en esta 26º Jornada Mundial de la Juventud. La Iglesia viene expresando su voluntad de cercanía y apoyo a la juventud, que busca colmar sus legítimas aspiraciones en este mundo complejo".
Asimismo, el Soberano, que ha recordado a Juan Pablo II, ha elogiado a España, un país que ha calificado como abierto al mundo por historia, lengua y cultura y a los jóvenes españoles. "España es una gran nación democrática, diversa, amante de la paz, la libertad y la justicia. "Nuestra nación tiene una juventud solidaria, por su compromiso social y afán de superación, la juventud de España, la mejor formada de nuestra historia, nos inspira orgullo y confianza en el porvenir"
Su Majestad también se ha acordado de los que sufren: "Persisten la pobreza, las enfermedad o los ataques a los derechos humanos y a la dignidad de las personas y el dolor provocado por las guerras y el flagelo del terrorismo. No podemos dejar de recordar a tantos niños y jóvenes víctimas de la violencia, muy presentes en nuestros corazones.
Don Juan Carlos ha recordado la mala situación económica reinante, que está afectando especialmente a los jóvenes: "No son estos tiempos fáciles para una juventud tantas veces frustrada por falta de horizontes laborales, que se rebelan contra los problemas que aquejan al mundo de hoy. Se percibe una crisis de valores; los jóvenes necesitan razones y actitudes que motiven e impulsen su existencia. No podemos defraudar a los jóvenes en su legítimo anhelo de hacer realidad sus sueños. Es hora de redoblarles nuestro apoyo, acabar con el intolerable paro juvenil y que tomen la antorcha de los valores que hacen grande a la humanidad, confiamos en tu aliento Santo Padre".
El Papa, comedido y poco crítico en su discurso
Por su parte, el Papa ha realizado un discurso en español en el que ha recordado el bueno trato recibido siempre en España y ha dado las gracias a quienes están siguiendo el encuentro. "Vengo a encontrarme con miles de jóvenes católicos que buscan la verdad en su existencia. Para confirmar a todos en la fe viviendo unos días de intensa actividad pastoral para anunciar que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, para impulsar el compromiso del Reino de Dios en el mundo. Para que los jóvenes se encuentren con Cristo, su amigo, convertirse en sus fieles seguidores y testigos."
El Santo Padre no ha querido polemizar y no ha entrado en temas polémicos, aunque no ha dudado en lanzar algunas críticas: "Este descubrimiento del Dios vivo alienta a los jóvenes y abre sus ojos a los desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones. Tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta insolidaridad, consumismo, hedonismo, tanta corrupción, sin Dios sería ardua tarea afrontar estos retos. Con Él a su lado tendrán luz para caminar y razones para esperar". "Me causa alegría celebrar la eucaristía con los jóvenes. La JMJ 2011 nos trae un mensaje de esperanza con aromas renovadores que nos llenan de confianza ante el mañana de la Iglesia y del mundo. No faltan dificultades, choques abiertos en tantos lugares del mundo" afirmó Benedicto XVI.
"No siempre se respeta como es debido el medio ambiente y la naturaleza que Dios ha creado con tanto amor. Muchos jóvenes miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar empleo o por haberlo perdido o tener un trabajo precario. Vuelvo a decir a los jóvenes: Que nada ni nadie os quite la paz, no os avergoncéis del Señor. Con motivos de preocupación, mayor es el afán de superación de los españoles con ese dinamismo que les caracteriza y a la que contribuyen las raíces cristianas de España", ha concluido el Santo Padre.
Tras los discursos y otros saludos, el Papa Benedicto XVI ha tomado el Papa Móvil para dirigirse por la A-2, cortada por la visita apostólica, hasta la Avenida de América con Francisco Silvela, donde le espera un gran número de jóvenes. Así, con la llegada del Sumo Pontífice la Jornada Mundial de la Juventud 2011 en Madrid llegará a su pleno apogeo hasta este domingo 21 de junio.