No son buenos tiempos para Raúl González Blanco en lo que a lo económico se refiere. Según el fallo de la titular del Juzgado de Primera Instancia número 21 de Madrid, Carmen Pérez, el ex delantero deberá asumir el embargo de 9,3 millones de euros que pesa sobre su sociedad patrimonial Europa Scar Sport. La orden incluye los 7,17 millones de la deuda que contrajo con Aurantia más otros 2,15 millones causados por los intereses y las costas del proceso.
El embajador de la Liga española en Estados Unidos acudió al programa 'El Larguero' de la Cadena Ser, donde apenas quiso pronunciarse ante tan sonado escándalo. "Es un tema que sólo pueden contestar y hablar los abogados. Sólo puedo decir que estoy tranquilo", declaró Raúl González midiendo mucho sus palabras. Mientras que la polémica sigue creciendo, los letrados del futbolista trabajan para detener esta orden de embargo alegando que ha sido solicitado un concurso de acreedores en Europa Scar Sport, sociedad que se encuentra en liquidación tras ser vaciada de patrimonio por el ex madridista.
Raúl González y Mamen Sanz en un partido de tenis en MadridPor su parte, el juez titular del juzgado Ángel Ramón Jiménez del Olmo anunció el pasado 20 de octubre que el jugador disponía de un plazo de 5 días para adjuntar una copia sellada de esa solicitud de concurso para proceder a la suspensión del embargo. Parece que existe cierta esperanza para Raúl González pues dicha solicitud de concurso sí consta en el juzgado de lo Mercantil.
Una larga batalla
La historia se remonta al año 2008, momento en el que la empresa de Raúl González decidió asociarse con Aurantia para adquirir el 20% de Cadmos Energías Renovables. De esta unión nació Gadir Solar, un proyecto de fabricación de paneles solares en Cádiz que recibió subvenciones valoradas en 30 millones de euros y un crédito de Crédit Suisse de 35 millones que todos los socios se comprometieron a devolver. La empresa fracasó en 2011 y a partir de ahí comenzaron los problemas legales, pues Raúl González fue denunciado por Aurantia al negarse a pagar aquello que sus ex socios le solicitaban.
Durante esta complicada batalla legal, tanto el jugador como su madre María Luisa Blanco (administradora de la sociedad patrimonial de su hijo) han tenido que prestar declaración en múltiples ocasiones. En la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, se puede ver cómo Raúl González niega haber tenido conciencia sobre este negocio, que se encontraba en manos de sus asesores.
