Durante el juicio, que duró seis semanas, las víctimas han tenido que enfrentarse de nuevo a R. Kelly, que se negaba una vez más testificar a pesar de los aterradores relatos de la acusación. Tanto las víctimas como hasta los 45 testigos del caso definían al artista de una misma forma: "Es el peor depredador sexual que he visto durante mi larga carrera profesional", reconocía la abogada de tres víctimas el pasado mes de septiembre: "Para empezar, usó su poder y estatus de celebridad para reclutar a menores vulnerables con el objetivo de abusar de ellas sexualmente".
Más de 20 años de abusos conocidos públicamente
Pero el historial delictivo de R. Kelly viene de atrás, concretamente de hace más de 2 décadas. Al mismo tiempo que cosechaba éxitos musicales, millones de ganancias en ventas y trabajaba con otros importantes artistas de la industria como Lady Gaga, este creaba una red de tráfico de menores casi sin precedentes en el mundo, sobre todo viniendo de alguien con una imagen pública como la suya.
En 1994, el artista de R&B se casaba con la artista emergente Aaliyah, a quien había apadrinado para ayudarle a crear una carrera musical. Él tenía 27 años, ella 15. Luego se casó con Adrea Lee, madre de sus hijos, quien tiempo después narró los abusos que había sufrido durante su relación: tenía que pedir permiso para poder ingerir cualquier alimento y se pasó la mayor parte del tiempo encerrada en una habitación de la casa sin tener apenas contacto con el exterior. Un patrón que narraron también muchas de sus víctimas durante el juicio.
Fue en 2002 cuando, de nuevo, el tema era puesto en manos de la justicia tras la filtración de un vídeo íntimo en el que se le veía manteniendo relaciones sexuales con dos menores de edad. A pesar de lo sorpresivo de todo esto, mientras la Policía realizada una investigación al respecto, R. Kelly fue el encargado de presentar la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de invierno. Ese mismo año fue detenido por posesión de pornografía infantil, pero le fueron retirados los cargos por no haber una orden judicial.
El caso se retomó en 2008, pero fue declarado inocente porque las víctimas no fueron a declarar y no pudieron ser identificadas como tal. En medio de todo esto, en 2006, el hermano del cantante filtró a la prensa que R. Kelly había ofrecido 50.000 dólares y un contrato discográfico si decía públicamente que el protagonista del vídeo con las menores era él en lugar del rapero.
No fue hasta 2017 que salió se dieron los primeros detalles de la red de tráfico sexual de menores que este había organizado. Fue gracias al testimonio de tres madres para el medio BuzzFeed donde denunciaron que sus hijas estaba retenidas como esclavas sexuales del artista. No fue hasta dos años más tarde, en 2019, que fue detenido por diez cargos de abuso sexual agravado. Fue en septiembre de 2021 cuando por fin se celebró el juicio en el que testificaron amigos y familiares de las víctimas; ocho de sus extrabajadores; la persona que ofició el matrimonio con Aaliyah cuando todavía era menor; un médico que le trató los herpes que tuvo durante más de una década; y varios investigadores del juicio de 2008.
Pero el periplo judicial de R. Kelly no se termina aquí. Y es que el artista pasará a disposición judicial el próximo mes de agosto en el estado de Chicago, donde hará frente a varios cargos por obstrucción y pornografía infantil.