Prácticamente han pasado 8 años desde que el 30 de mayo de 2013 Mario Biondo falleciera y fuera encontrado colgado de una estantería, desnudo y con evidentes signos de violencia en la casa que compartía junto a la que por aquel entonces era su mujer, la presentadora de televisión Raquel Sánchez Silva. El caso en España a se sobreseyó después de que se concluyera que no había indicios de criminalidad y que al parecer se trató de un suicidio, sin embargo, la Fiscalía de Palermo, en su país de origen, lo reabrió al concluir que había pruebas suficientes para valorar que el homicidio había podido ser la causa real de la muerte.
Cuando el procedimiento estaba a punto de archivarse en octubre de 2020 en Italia, fue la familia que lleva años luchando para demostrar que en realidad no fue un suicidio la que presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Apelaciones de Palermo junto con dos informes periciales, y los dos coincidían en la hipótesis del asesinato. Según consta, Mario Biondo pudo haber sido víctima de un estrangulamiento a manos de dos personas a las que abrió la puerta de su casa. Con ellos podría haber mantenido una conversación y en uno de ellos pudo haber desconectado el cable de la televisión, acercarse por su espalda y por sorpresa pasarle el cable alrededor del cuello para acabar con su vida.
"Mario debió tratar de resistirse, pero una segunda persona presuntamente pudo ayudar al primero a sofocar la respiración de Mario, usando probablemente el cojín que se halló posteriormente en el suelo ", se puede leer en dichos escritos presentados.
El motivo por el que se cree que pudieron ser dos personas involucradas en su supuesta muerte es, según ha podido saber el medio ABC, porque falta muy poco para que se identifiquen las dos personas que aparecer se encontraban en su domicilio y puede que sea posible a través del rastreo de direcciones IP y uso de redes sociales. Con ello se descubrió a través de una empresa especializada en este tipo de rastreo que dos smartphones aparte del de Mario Biondo se conectaron indistintamente y en diferentes momentos durante el día que el cámara de televisión murió en su vivienda.
"En cuestión de días, a principios del mes de mayo, podremos demostrar quién o quiénes acompañaban a Mario en el momento de su muerte. Puede haber imputaciones e incluso alguna detención sorpresa", confirma uno de los investigadores. De momento no se tiene constancia de los nombres de las personas que podrían haberse encontrado en su casa pero se cree que pertenecen a su entorno afectivo más cercano ya que una al menos de esas personas que se conectó al Wi-Fi conocía la clave de antemano.