La vida a veces es muy dura y se dan situaciones tremendamente injustas que no deberían existir. Nick Rose, un padre soltero de Inglaterra se ha tenido que enfrentar a una dura enfermedad, un cáncer terminal que ha acabado con su vida. El amor por su hijo era tan inmenso que pasó los últimos días de su vida buscando una familia de acogida para el pequeño.
Rose descubrió un bulto en su cuello que no presagiaba nada bueno. Los médicos le diagnosticaron un cáncer tan agresivo que no tenía vuelta atrás. Se le extendió desde los huesos hasta los pulmones y le comunicaron que su vida llegaba a su fin a los 40 años. Sin embargo, para él su prioridad siempre fue su hijo Logan.
La madre del niño les abandonó al poco tiempo de nacer y ha sido Nick Rose el que se ha encargado de Logan durante todo este tiempo. Por eso, su mayor preocupación era el futuro de su pequeño. Durante los últimos días de su enfermedad, mientras padecía unos dolores insoportables, no paró ni un instante de buscar una familia de acogida para su pequeño Logan, y lo consiguió.
Sonriendo hasta el final
Todos sus amigos estuvieron al lado cuando más lo necesitaba, cuidando de su hijo Logan cuando él ya no tenía fuerzas. Desgraciadamente Nick Rose falleció hace unos días, pero consiguió dejar a su hijo en buenas manos. Sus amigos han hablado para el Daily Mail y comentaban: "Logan no se enteró de nada. En casa todo eran bromas". Además añadieron: "Nick trató de mantenerse fuerte para su hijo durante el mayor tiempo posible. Era un gran hombre".