"¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaria general y de la portavocía parlamentaria de Podemos?" será la pregunta a la que tendrán que responder con un 'sí' o un 'no' las bases del partido. Esta decisión ha sido comunicada por la pareja en una rueda de prensa realizada el pasado sábado 19 de mayo en la que manifestaron que sienten cuestionada su "credibilidad", "honestidad" y "coherencia" a raíz de la compra del mencionado chalet: "Nos incumbe a los dos porque la casa nos la hemos comprado los dos", dijo Iglesias: "Soy sincero, no pensaba que esto iba generar ningún debate ni noticia de estas dimensiones".
Será el Secretario de la Organización, Pablo Echenique, el encargado de detallar las condiciones de la consulta a las bases tras la reunión que todas las semanas tiene la ejecutiva del partido, en este caso el lunes 21.
Las críticas internas
El primero en manifestar su desacuerdo fue el alcalde de Cádiz, José María González 'Kichi', quien a través de un comunicado oficial trasladó su pensamiento de que la ideología de partido implica "el compromiso de vivir como la gente corriente para poder representarla en las instituciones y supone renunciar a privilegios como el exceso de sueldo". Una organización afín al partido, la coordinadora 25S, también ha expresado su malestar a través de las redes sociales: "No se trata de hacer voto de pobreza o de vivir en cuevas, pero sí de coherencia. La gente de izquierdas tenemos que mirarnos en el espejo de Marcelino y Josefina, en el de Pepe Mujica o Julio Anguita. Parece que Irene y Pablo han elegido el espejo de los Aznar-Botella".