Visitar el Museo del Prado durante su horario de apertura es una experiencia enriquecedora y necesaria, así que imagínate poder pasear por algunas de sus salas y disfrutar de sus obras cuando la pinacoteca ha cerrado. Es cierto que existe una iniciativa llamada 'El Prado de noche' por la que se permite el acceso el primer sábado de cada mes de 20:30 a 23:30 horas, pero subo la apuesta: imagínate recorrer el Prado de noche de la mano de Javier Sierra. Está claro que la cosa cambia.
Esto sucedió una fría noche de invierno en la que el escritor presentó con un grupo de periodistas su novela 'El plan maestro'. El autor plantea esta obra como una experiencia inmersiva mezclando arte y misterio, y por ello, no hubo mejor inmersión que sumergirse en sus explicaciones mientras recorríamos una serie de joyas pictóricas del Prado.
"Quiero contagiaros la idea de que estáis entrando en un espacio que no solamente muestra imágenes, sino que cuenta historias. Cada cuadro que está colgado en esta institución es en realidad un libro, un libro mudo, un libro con imágenes que precisa ser interpretado. Y lo que hago con mi novela es acompañar en un relato las obras de arte que quiero que conozcáis esta noche ", comenzó el escritor.
"Hay otra cosa más. Entramos en un museo como este con la idea, con la perspectiva del hombre y ahora mujer del siglo XXI, que es una perspectiva consumidora. Es decir, entramos aquí para ver el mayor número de obras posibles en el menor tiempo y llevarnos un recuerdo más o menos rápido de nuestra experiencia", prosiguió Javier Sierra.
"En el mundo antiguo esto no era así. Cuando uno entraba, por ejemplo, en una cueva con pinturas, probablemente lo que hacía delante de esas pinturas rupestres de hace 40, 50, 60.000 años, como las que hay en España, era esperar a que el chamán utilizara esas imágenes para contarles una historia. Yo hoy voy a ser vuestro chamán y el Prado va a ser vuestra cueva ", expresó.
Nos recuerda Javier Sierra que todo empezó un cuarto de siglo atrás cuando admiraba 'La perla', de Rafael, el cuadro favorito de Felipe IV. Allí se encontró a un desconocido que le instó a fijarse en lo que decían las miradas de los personajes que aparecen en la obra y que le inspiró para crear el personaje de Luis Fovel para su novela 'El maestro del Prado', y que regresa en 'El plan maestro'. "Cada vez que entro en el Prado no veo pinturas, veo novelas", comenta ilusionado y emocionado a partes iguales Javier Sierra.
Pero si hay que contar cómo empezó la visita, lo cierto es que me he adelantado, porque la primera obra contemplada fue 'El jardín de las delicias'. "Era una provocación en su época porque había muchas personas desnudas. Hay gente que dice que cuando transita por esta sala se siente vigilada", explicó el autor, que recordó además cómo Dalí se quedó deslumbrado con esta obra porque se veía a sí mismo. De hecho, el pintor pensaba que el Bosco le había profetizado siglos antes de su nacimiento porque había un retrato de Dalí oculto en la pintura en la parte izquierda de la tabla del paraíso. Es verdad que si te fijas bien, se podría decir que un poco se parece...
Decía Javier Sierra que " el arte no vale nada si no está acompañado de un relato ", y ese relato nocturno nos llevó también por la obra de Vicente López Portaña, discípulo de Goya y autor del retrato de Luis Veldrof, aposentador mayor y conserje del Real Palacio, que comenzó a pintar cuando se inventó la fotografía y casi no sobrevive a ella. Sin embargo, lo hizo. En palabras de Sierra, "sobrevivió por la magia. Los cuadros siguen funcionando como portales".
La magia nos guió en la siguiente sala, una que tiene un aura tenebrosa, la de las pinturas negras de Goya. Ahí, Javier Sierra se centró en el cuadro 'Perro semihundido', que tiene una anécdota vivida por Luis Oliva, un hombre que ya peina canas y que contó al autor que cuando era niño, su madre salía con un vigilante del Prado y por tanto tenía acceso a la pinacoteca. Una noche se quedó encerrado allí, acabó en esa sala y jura y perjura que el perro se giró para mirarle. ¿Nos lo creemos? Bueno, allá cada uno.
Ya como bonus track, además de un fin de fiesta en la Sala de las musas del Prado, Javier Sierra nos llevó a ver 'Los amantes de Teruel', de Muñoz Degraín, que recoge la leyenda de los amantes de Teruel, Diego e Isabel. Los jóvenes se enamoraron, pero como ella era rica y él no, su padre le dijo que aceptaría el matrimonio si él volvía rico de la guerra. Él lo hizo y volvió 5 años después con el botín tras la batalla de las Navas de Tolosa. Ella sin embargo se había casado con un señor feudal. Al reencontrarse él le pidió un beso y ella aceptó. Tras besarse, Diego cayó desplomado y murió. Inmediatamente después murió Isabel. Cierto es que esta obra no aparece en la novela, pero como turolense orgulloso, no quiso irse del Museo del Prado sin admirar esta joya pictórica y contar la historia que tiene detrás. Un broche de oro perfecto para una noche de arte.