Parientes que lloran y se abrazaban mientras asistían a un funeral de Estado por las 291 personas que murieron en el terremoto de Italia. Las familias devastadas se apiñaban alrededor de los ataúdes de madera presentados en el pabellón de deportes en la ciudad de Ascoli Piceno. Entre ellos, hay también pequeños ataúdes en los que están los cuerpos de un bebé de 18 meses y una niña de nueve años, dos de los 21 niños que se sabe que han muerto cuando el terremoto golpeó el centro de Italia en la madrugada del miércoles 24 de agosto.
Pero en medio de todo esto también se puede sentir un incondicional amor y es que el perro de Andrea no quiso separarse de la tumba de su dueño ni un solo segundo, y se tumbó a su lado.
Al iniciar el funeral, los familiares acercaron al perro al ataúd para que así se pudiera despedir de su dueño y la reacción de este es de lo más emocionante, y es que moviendo la cola por volver a encontrarse con su dueño, huele la tumba, y no quiere apartarse del lugar.
Julia, otra trágica historia del terremoto de Italia
Otra historia que destaca es la de la pequeña Julia. Su ataúd estaba en el centro de la sala de deportes preparado para el funeral de la misa, el propio bombero que intentó salvarla sin éxito escribió una nota para ella: " Hola pequeña, siento que llegáramos tarde. Ya habías dejado de respirar, pero quiero que sepas allá arriba que hicimos todo lo posible para conseguir salvarte".