Marga Viguera fue una de las víctimas del accidente de tren de Angrois, en Santiago, y aunque logró salvar sus vidas, las secuelas han sido inevitables en todos los sentidos, tanto físicas como psicológicas. El resultado de este terrible accidente fueron 80 muertos y 146 heridos, y para ella desde ese momento comenzó una lucha. El resultado en su cuerpo fue increíble y acarreó decenas de placas y clavos de titanio incrustados en su esqueleto facial, una mandíbula rota, desgarro del pabellón auditivo, costillas rotas y un largo etcétera, pero la peor parte se la llevó su rostro.
Ahora está decepcionada después de que el Servicio Gallego de Salud le haya denegado una operación para terminar de arreglar su cara, y todo por no pertenecer al área sanitaria de A Coruña, a pesar de ser el lugar donde ha sido tratada todo este tiempo.
La misma Marga Viguera ha dicho a El Mundo: "No pude volver a trabajar hasta un año y pico después del accidente. Tengo mucha ansiedad. Todavía sigo en tratamiento. Las dos operaciones que me han hecho en la cara me las hicieron en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Ahora me acaban de comunicar por escrito que 'paralizan' mi intervención por no pertenecer al área sanitaria coruñesa... A mí me han llegado a decir por teléfono que era un tema de estética y que la operación no me la iban a hacer".
Dolorosas secuelas
Los motivos por los que no se le realizará, al menos por ahora, la operación pertinente, son varios, como las peleas de las aseguradoras en lo que se refiere a la responsabilidad del accidente; por otro lado está el proceso judicial que aún no ha concluido y que fue reabierto en mayo para buscar más culpables. Además de estas dos cuestiones está la indefinición normativa, sin saber sobre quién cae el peso en lo que se refiere a hospitales y pacientes fuera de su región, y por último la asistencia después de un accidente. Son muchas las cosas que quedan por definir.
Aunque su operación es achacada a motivos estéticos, su abogada defiende que es algo funcional derivado de un accidente que se está investigando, y ella, hoy por hoy y después de más de tres años no puede hacer una vida normal: "Yo estuve consciente en todo momento. Que lo vi todo... Y lo sigo viendo. Me veo limitada. Me veo monstruosa en el espejo. Y por eso me da vergüenza cuando me presentan a gente".