Las niñas de San Ildefonso, encargados de cantar los premios de la Lotería de Navidad, han sido los verdaderos protagonistas del evento.
Uno de los momentos más emblemáticos de la Navidad es el Sorteo de la Lotería de Navidad, evento en el que los niños del Colegio San Ildefonso reparten la suerte entre todos las personas que han comprado un boleto de Lotería. Desde que cantan el primer premio, las imágenes de los ganadores de la lotería recorren los informativos españoles, mostrando los emotivos momentos en lo que las familias celebran el premio.
Pero este año no son los premiados lo que están acaparando todas las miradas, sino Aroa Patricio y Nerea Pareja, las dos jóvenes que no han podido retener las lágrimas mientras cantaban los premios de la Lotería. Quinto premio
A las nueve y veinte de la mañana, tan solo veinte minutos después de comenzar el sorteo, Nerea Pareja y su compañero Alonso cantaban el primer premio de la mañana, un quinto. Nerea no ha podido contener las lágrimas por la emoción y ha roto a llorar mientras cantaba el premio y se acercaba a la mesa de los jueces. La emoción por ser la primera en cantar un premio y los nervios por la magnitud del evento han hecho que la niña regalase a toda España una tierna escena.
Su madre, María Jesús, con la emoción del momento, ha llorado con ella: "Cuando la he visto llorar me han dado ganas de subir y darle un abrazo. Ha sido súper bonito, mi niña es muy sensible y se emociona mucho", cuenta. Lo que nadie se esperaba es que unos minutos después volviese a cantar, primero el segundo quinto y después el segundo premio. Esta no era la primera vez que Nerea cantaba un premio: "El año pasado cantó otro quinto, y hacer dos años, el gordo", asegura su madre con emoción.
Los nervios del Sorteo
El segundo momento emotivo de la mañana ha sido protagonizado por Aroa Patricio, quien a comienzos de la cuarta tabla del sorteo no ha podido aguantar los nervios y se ha echado a llorar de la emoción. Durante unos instantes se ha parado el sorteo, y el público ha arropado a Aroa con vitores y aplausos, mientras que el juez de la mesa la consolaba y ofrecía un poco de agua. La niña se ha recompuesto poco después, y con los ojos anegados en lágrimas y la voz llena de emoción ha continuado cantando los premios de la Lotería.