La pequeña localidad de Qunu, en la provincia de Eastern Cape, donde Mandela pasó su infancia, ha acogido a los más de cinco mil invitados que han acudido a homenajear a Madiba por última vez. Así, el funeral de Estado de Nelson Mandela se ha celebrado conforme al programa previsto y a él han acudido varias personalidades relevantes del panorama actual.
Entre los asistentes, no han querido faltar el Príncipe Carlos de Inglaterra, la periodista Oprah Winfrey, el magnate inglés Richard Branson, el actor Idris Elba, la Princesa Beatriz de Holanda, así como el Príncipe Alberto II de Mónaco y su esposa Charlene, nacida en el actual Zimbabwe y miembro de la Fundación Nelson Mandela. Con este acto, se pone fin a diez días de homenajes y eventos por la memoria del dirigente sudafricano.
Un emotivo funeral cargado de simbolismo
El acto tuvo una duración de más de dos horas, durante las cuales varias figuras políticas dieron una serie de discursos cargados de elogios hacia la figura de Madiba. En esta línea, el actual presidente de Sudáfrica apostó por parafrasearle y recordar que hay que "tomar su legado hacia delante" así como "seguir aprendiendo las lecciones" que dio en vida.
Mandla Mandela: "un gran árbol se ha caído"
Por su parte, su nieto Mandla y actual jefe de la tribu, señaló que "un gran árbol se ha caído y ahora se va a casa a descansar con sus padres", mientras que su otro nieto Ndaba leyó el obituario. También participaron en los discursos su nieta Nandi Mandela así como su gran amigo Ahmed Kathrada, un activista que fue encarcelado junto a él.
El evento también ha contado con actividades ceremoniales y tradicionales Thembu, el clan de Mandela, una salva de 21 cañonazos, un espectacular desfile aéreo, un coro de góspel y una banda de música. Por su parte, los más ancianos de la localidad se han vestido con trajes regionales y han rezado por el alma de su dirigente. En cuanto al resto de la población, sólo han podido ver el funeral en las proximidades del recinto a través de unas pantallas gigantes o bien, en sus casas a través de la televisión ya que, al parecer, no tenían permitido acceder al interior.