Nathaly Salazar vivía en Valencia con su familia, desde donde se trasladó a Sudamérica para hacer un viaje por distintos países. La joven, de origen ecuatoriano, viajó primero a este país para más tarde ir a Perú, donde supuestamente ha fallecido y lleva desaparecida desde el uno de enero.
El pasado dos de enero cayó un puente peatonal sobre el río Apurímac, en la región de Cuzco, tras el incremento del caudal por las intensas lluvias, y al menos cinco personas fallecieron y más de diez están desaparecidas. En un primer momento se pensó que Nathaly Salazar podría encontrarse entre las víctimas de este trágico suceso, pero la Policía lo descartó rápidamente.
Un portavoz policial informó a Efe hay dos detenidos en relación a la desaparición de Nathaly Salazar. Se trata del dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado similar a un teleférico, que ofrecía a los turistas una visión panorámica del Valle Sagrado de los Incas. Esta zona se extiende a lo largo del río Vilcanota-Urubamba, al noreste de la ciudad del Cuzco, es una zona campestre preferida por el turismo debido a su menor altitud y clima más cálido que la capital cuzqueña.
Según afirman los dos acusados, Jainor Huila Huamán, de 19 años, y Luzgardo Pillcopata Amaru, de 21, Nathaly Salazar habría muerto a causa de un accidente de tirolina tras el cual la tiraron al río por miedo a las consecuencias. La Policía Nacional del Perú ha detenido a los dos sospechosos en el distrito de Maras, próximo a Cuzco, según ha informado el Departamento de Investigación Criminal de la Policía de Cuzco y recoge el diario peruano 'El Comercio' en su edición digital. Para este caso la Policía Nacional del Perú cuenta con la colaboración de dos agentes de la Guardia Civil española.
Sus padres están en Perú
Los padres de la joven fallecida se trasladaron a Perú el pasado miércoles para seguir de cerca las investigaciones. Alejandra Ayala, madre de Nathaly Salazar, aseguró a los periodistas en el aeropuerto internacional de Lima: "He venido a encontrarla viva y a llevármela. Lo más pronto posible". Al día siguiente tanto Ayala como su marido, Marcelo Salazar, viajaron a Cuzco, ambos con la esperanza de encontrar a su hija.