El político Manuel Fraga, fallecido este domingo en su domicilio de Madrid a los 89 años, ya descansa en el cementerio de Perbes (A Coruña), lugar en el que está enterrada su mujer. Pese a que la familia quería un funeral íntimo, finalmente un gran número de personas entre amigos, familiares, políticos y otros ciudadanos despidieron al expresidente de Galicia.
Después de que numerosas personalidades, entre ellos los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, pasaron por la casa donde vivía Fraga y en la que se instaló la capilla ardiente, el cuerpo del finado fue trasladado a esta localidad gallega para ser enterrado.
Antes de ser llevado al cementerio, el Cardenal Rouco Varela pronunció una misa por el alma de Fraga en la iglesia parroquial de San Pedro de este lugar en el que el exministro pasaba los veranos desde hace 25 años y donde reposa su esposa, Carmen Estévez, desde 1996.
Ana Botella y Álvarez-Cascos, entre los asistentes
Posteriormente, el féretro fue llevado al camposanto por los nietos de Fraga, tapado con una bandera de Galicia, región de la que Manuel Fraga fue presidente, donde llegó acompañado por el sonido de las gaitas de la Real Banda de la Diputación de Ourense.
La alta política se unió para despedir a Fraga y apoyar a la familia en este trance; así, acudieron el expresidente José María Aznar, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
También acudieron la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, la ministra de Sanidad, Ana Mato, la ministra de Fomento, Ana Pastor, la exministra Isabel Tocino, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Principado de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos.