Miguel Blesa ha aparecido muerto. Su cuerpo ha sido hallado en una finca de Villanueva del Rey (Córdoba) y los primeros indicios apuntan a que se ha suicidado con un arma de fuego. Como señala Cadena Ser a través de fuentes policiales, el expresidente de Caja Madrid se habría pegado un tiro en el pecho con una escopeta de caza. De todos modos, hay que esperar a la autopsia para confirmarlo.
La finca en la que se ha encontrado el cadáver de Blesa se llama Puerto del Toro, y era uno de los refugios favoritos de Blesa para cazar, sobre todo en los tiempos difíciles en los que se encontraba por sus problemas con la justicia.
Miguel Blesa había llegado solo a la finca a las 02:00 horas de la madrugada de este miércoles 19 de julio. Su intención era pasar unos días allí relajándose y dedicándose a la caza, o eso había comentado a las personas que se encontraban en la finca, el gestor del lugar, Rafael Alcaide, un trabajador y un guarda.
El expresidente de Caja Madrid estaba desayunando con estas amistades cuando se levantó y comentó que iba a mover el coche. Fue allí cuando habría tomado la determinación de acabar con su vida, ya que su cuerpo apareció en la cochera de la finca.
La vida de Miguel Blesa
Miguel Blesa, nacido en la localidad jienense de Linares el 8 de agosto de 1947, fue un financiero español que ejerció como presidente del consejo de administración de la desaparecida Caja Madrid (hoy Bankia) entre 1996 y 2009, cargo de gran relevancia que terminó pasándole factura por el caso de las tarjetas black.
Su carrera comenzó en el Cuerpo de Inspectores de Hacienda, donde obtuvo un puesto tras aprobar una Oposición. Trabajó en la Secretaría del Gabinete Técnico del Ministerio de Hacienda, ejerció como Jefe del Servicio de Tributos de las Comunidades Autónomas, además de ocupar el cargo de Subdirector General de Estudios y Coordinación del Ministerio de Economía.
Entre 1986 y 1996 ejerció la abogacía, ofició que aparcó para entrar en el Consejo de Administración de Caja Madrid y en el Antena 3 Televisión. Blesa llegó a ser presidente del Consejo de Caja Madrid y de la Fundación, entre otros cargos. Fue sustituido por Rodrigo Rato, con el que acabaría sentado en el banquillo de los acusados.
En 2013 comenzó su pesadilla al comenzar una investigación contra él por irregularidades durante su etapa en Caja Madrid, como la venta de preferentes o la concesión de créditos a Marsans. En 2014 se abrió el caso de las tarjetas black, con las que habría gastado unos 436.700 euros. Finalmente, el 23 de febrero de 2017 fue condenado a seis años de cárcel por apropiación indebida.