Una vida llena de polémicas
La vida de la diseñadora siempre estuvo marcada por polémicas desde que era pequeña. Era descendiente del magnate naviero y del ferrocarril Cornelius Vanderbilt, uno de los hombres más ricos de la historia de Estados Unidos. La artista nació en 1924 y su padre murió poco después. Vanderbilt fue criada por una enfermera porque su madre estaba en Europa viviendo una vida de alta sociedad. Ya por 1934 los periódicos la llamaban la "pobre niña rica" debido a una batalla legal por su custodia que llevaron a cabo su abuela y su tía. En 1981, le dijo al locutor de radio Lloyd Moss: "Cuando era niña, no sentí que me trataran como persona. Sentí que me trataron como un objeto. Y nadie realmente, de alguna manera, pensó: '¿qué le gusta? ¿cuál es su talento? ¿qué quiere realmente?".
Vanderbilt también atrajo a hombres talentosos e interesantes a lo largo de su vida. Se casó cuatro veces y sus maridos incluyeron al director Leopold Stokowski, con quien tuvo dos hijos, al director Sidney Lumet o al pionero fotógrafo y músico Gordon Parks. El cuarto matrimonio de Vanderbilt con el escritor Wyatt Cooper, con quien tuvo dos hijos más, estuvo marcado por la tragedia. Cooper murió a la edad de 50 años, y en 1988 su hijo mayor, Carter Cooper, se suicidó saltando desde el balcón de un apartamento mientras hablaba con su madre.
La creadora de vaqueros para mujeres
A mediados de la década de 1970, cuando los pantalones vaqueros eran confeccionados principalmente para hombres, el fabricante de moda Mohan Murjani contrató a Gloria Vanderbilt para que empezara a comercializar con vaqueros específicos para mujeres que tuviesen su característica firma en el bolsillo trasero. La artista promovió estos pantalones en campañas publicitarias de televisión y en apariciones públicas donde ella misma llevaba estas prendas.
Los vaqueros de Vanderbilt se convirtieron pronto en un negocio millonario al que seguirían la confección de faldas, chaquetas, ropa de cama y hasta fragancias. Siendo la única heredera de la familia Vanderbilt y con un negocio valorado en más de 10 millones de dólares, la diseñadora se convirtió en una de las mujeres más ricas de Estados Unidos.