Parece que el 2020 no va a dar un respiro ni en la recta final de lo que fue una carrera de fondo desde el pasado mes de marzo. Esta vez ha sido el mundo de la moda el que ha empezado a llorar una inesperada muerte, la de la topmodel Stella Tennant, que moría el pasado 22 de diciembre a los 50 años, tal y como ha hecho saber su propia familia a través de un comunicado en el que pedían respeto e intimidad en un momento tal doloroso como este.
En este mensaje, sus seres queridos la recordaban como "una mujer maravillosa que era una inspiración para todos", unas palabras que definen a la perfección el motivo por el que tuvo una meteórica carrera desde que apareció por primera vez en la portada de Vogue Italia en 1993 con un transgresor look para época y que cautivó por completo al diseñador Karl Lagerfeld, que ya por aquel entonces capitaneaba la casa francesa de Chanel.
Este le ofreció un contrato para que trabaje en exclusividad siendo imagen de la maisón francesa, una nada desdeñable oferta para una modelo principiante. Tennant se convirtió entonces en la musa del diseñador alemán en numerosas colecciones que parecían estar hechas por y para ella. Por supuesto, la británica fue también en varias ocasiones la novia de Chanel, la modelo que cerraba el desfile Alta Costura de la firma con un diseño nupcial de lo más extravagante.
Pero esto solo es la punta de iceberg. Desde aquella portada de Vogue, Tennant desfiló para importantes firmas en las pasarelas de todo el mundo. Alexander McQueen, Prada, Versace, Calvin Klein y hasta para la española Ágatha Ruiz de la Prada. Su status en el mundo de la moda era tal que desfiló también en una de las pasarelas más importantes de los últimos años a la que solo tuvieron oportunidad de subirse otros iconos del mundillo: la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. La modelo desfiló ante la mirada de millones de personas junto a otras británicas como Kate Moss o Naomi Campbell.
Una vida dedicada a su familia
Tennat comenzó a apartarse del mundo de la moda poco a poco desde que su principal ocupación era otra: formar una familia junto al fotógrafo David Lasnet. Junto a él tuvo a su primer hijo, Marcel, en 1998. Posteriormente llegaría también sus hijas Cecily, Jasmine e Iris. Desde entonces la modelo había vuelto a sus orígenes, el campo escocés, donde vivía tranquilamente alejada del foco mediático y centrada en una vida más tranquila y ecologista. La última vez se subió a una pasarela fue, precisamente, en enero de 2020 abriendo el desfilo de Valentino.