La campaña consiste en parejas de jóvenes heterosexuales y homosexuales practicando sexo con la ropa que promocionan de la temporada primavera/verano 2017. En un primer momento se podría pensar que es algo ficticio como en las películas, pero nada más lejos de la realidad.
Las parejas aparecen practicando sexo de manera totalmente real y las imágenes aparecen pixeladas en los lugares más íntimos de los y las modelos. Las escenas son de lo más tórridas ya que aparecen practicando todo tipo de posturas. Sin lugar a dudas, si lo que buscaban los diseñadores era causar revuelo lo han conseguido.
Los diseñadores se pronuncian
Según los creadores de la polémica campaña, el objetivo de la misma era normalizar la manera en la que expresamos la sexualidad sin importar el género o las preferencias sexuales. Zoe Latta explica para la revista W Magazine: "No sé si el sexo vende pero definitivamente genera algo pegajoso". Las fotografías han causado verdadera revolución en las redes por el erotismo de estas y porque no se suelen ver campañas de moda de este tipo.