Ante una situación como el fallecimiento de una persona española fuera de su país intercede el Estado en lo que se refiere al transporte del cuerpo del fallecido hasta su país de origen, pero en el caso de Ana Huete, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación no repatría el cadáver de españoles o trasladarlos a un tercer país según la normativa vigente.
A pesar de no poder costear dichos gastos, puede proporcionar algún tipo de ayuda para pagar la inhumación o incineración de los restos de un español fallecido cuando ninguna otra persona pueda afrontarlos. No obtante, este no es el caso.
Existen excepciones
Ante esta situación, los familiares de Ana Huete, la única víctima española del terremoto que tuvo lugar hace unos días en el centro de Italia, están indignados y han comenzado a recoger firmas en una plataforma para conseguir que el Gobierno de España asuma los gastos de repatriación del cadáver de la joven granadina. Y más indignados están por las causas de la muerte, porque no murió por imprudente, se trata de una catástrofe natural que no es previsible.
Por otro lado, algunas víctimas españolas que fallecieron en los terremotos de Nepal en 2015 y Haití sí que fueron repatriadas, por tanto su familia no se explica por qué a Ana Houete no. En otros casos también se permite la repatriación de ciudadados españoles en vida si surge una catástrofe natural o se desarrolla algún conflicto civil.
Como el viaje que realizó la fallecida española se correspondía a sus vacaciones, lo mejor hubiese sido que se hubiese hecho un seguro de viaje antes de trasladarse a Italia, ya que algunos cubren este tipo de contingencia.